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Opinión

Se gana, se empata y se aprende

Columna Invitada

“En el futbol se gana, se empata y se aprende”: Martín Demichelis.

Es común escuchar al actual entrenador del Monterrey citar dicha frase, de hecho, la dijo en varias ocasiones en su paso por el River Plate, y aunque suena bastante crecida o alzada, encierra una gran verdad, siempre y cuando cumpla con un requisito: Que sea para él.

En cada juego de palabras, cada quien puede encontrar su centro de motivación; decir que “se aprende” en lugar de “se pierde”, es algo muy válido si el argentino localiza en esta oración un punto de convencimiento de que en realidad aprendió de la derrota, más allá de que la victoria o el empate, también pueden generar grandes enseñanzas.
Sin embargo, si Martín en esa decena de palabras busca suavizar un fracaso, o disminuir las críticas propias de un descalabro deportivo en una disciplina tan demandante como lo es la del futbol, se está equivocando.

Repasemos algunas frases que son sumamente trilladas, utilizadas en la mayoría de los casos, como un intento de tapar la mediocridad de un resultado y/o funcionamiento.

“Sólo nos faltó meterla…”,  “El rival nos llegó una vez y la clavó…”, “Son vicisitudes del futbol…”,  “Son cosas que pasan…”, “La suerte no nos sonrió…”, “Perdiendo también se gana…”, “La pelota no quiso entrar…” y, por qué no decirlo, también “En el futbol se gana, se empata y se aprende”.

En el caso de Demichelis, sólo él sabe por qué utiliza la frase, y si se le cuestiona al respecto, muy probablemente responderá que lo hace por el primer argumento citado líneas arriba, pero lo que es una realidad, es que cada una de esas frases seguramente provocarían el vómito del sabio Rey Salomón, autor del Libro de Proverbios en la Biblia.

La derrota es parte de la vida, del deporte, del futbol, sí.

¿Se debe de aprender de ella? ¡Por supuesto! Pero cuando la derrota se vuelve en algo recurrente teniendo mayores argumentos económicos que los demás, o lo que es peor, cuando el funcionamiento es digno de un equipo que invierte dos o tres veces menos que tú, la primera enseñanza que se debe de tener es la de la humildad, la autocrítica, el reconocer, y a partir de ahí trabajar para mejorar, de lo contrario, Demichelis será más sabio que Salomón, porque continuará aprendiendo de las múltiples derrotas deportivas que, ¡aunque arda!, seguirá teniendo.

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