Opinión

Ser Nuevo León. Un nuevo existencialismo neolonés.

Sección Editorial

  • Por: Roberto Garza Leonard
  • 30 Enero 2023, 20:00

Nuevo León y sus municipios se han destacado en México y en el mundo por su carácter sobresaliente, trabajador, luchador, triunfador.En el pasado Nuevo León se distinguió por sus empresas manufactureras, por sus industrias metalúrgicas, por el espíritu de conquista de su gente; se distinguió por su sistema educativo, por su sistema de salud, por su vida en comunidad. Sin embargo, la decadencia política y el abandono social de gobiernos pasados impusieron una carga en el estado que detonó una inseguridad rampante que hemos sufrido por más de dos décadas. Esta corrupción sistémica del sector público obligó a la sociedad a cerrarse en sí misma, a dejar atrás valores y estilos, buscando sobrevivir más bien.Nuevos retos. Nuevas reglas. De hace un par de años Nuevo León vive un nuevo comienzo. Un renacimiento de esperanzas, de expectativas. Hoy en día, deseos renovados de superación, de orgullo, de identidad, están tomando arraigo en la definición del ser neolonés. Empieza así una nueva era, con nuevos retos, con nuevos liderazgos; comprometidos con una nueva visión, contestatarios a un status quo del pasado que ya no dio, ni dará, resultados.No se trata de solo los liderazgo nuevos que ahora gobiernan, sino de la representación que hacen de un verdadero movimiento social, salido de la gente. Este resurgimiento de orgullo neolonés es el resultado de una decisión ciudadana; la manifestación de un “hasta aquí”, de un hartazgo social que impuso un deseo inequívoco de cambio de rumbo, sin vuelta atrás, en búsqueda de excelencia, de resultados positivos.Una nueva generación de ciudadanos que vive y trabaja en el entendimiento que, a razón de resultados mediocres en el pasado, sabe que hay que empezar de nuevo y tomar otro camino.Como lo hicieron generaciones pasadas cientos de años atrás, la actual, está poniendo la vista en un mejor futuro; con nuevas reglas, nuevas formas de trabajar, dejando atrás lo que no sirve, explorando nuevas fórmulas, nuevas formas de actuar, de hacer, de decir. Una nueva generación que sabe que se arriesga; que le apuesta a una acción pequeña, a un viaje largo, para obtener eventualmente, posiblemente, esperablemente, un gran retorno. Y en caso de no lograrlo, reconocerlo, corregir y volver a empezar. Una nueva generación que sabe que se trata de seguir trabajando, seguir avanzando, seguir ascendiendo.El renacimiento que nos uneNuevo León, punta de lanza de esa nueva generación de hombres y mujeres que se distinguen, no por su edad, no por su género, no por su status social, sino por su deseo de cambiar, de intentar de nuevo, de mejorar. Una forma de pensar de antaño, que se redimensiona a los retos actuales; que retoma el orgullo de sus orígenes, el temple de su carácter, la visión de crear un mejor futuro; entendiendo que la moral no lleva significado despectivo, sino que trata de una máxima del comportamiento sujeto a su propia conciencia, que entiende que la ética aplica para todos y todas.La sociedad neolonesa, en sus 51 municipios, reconocida por su convicción en la preparación, en el estudio, en el apoyo comunitario para ser más, crecer más, ganar más, compartir más, dar más. Un ejemplo que cambia una ciudad, un estado, una nación. El renacimiento de una idea que nos une, que nos fortalece ante la crítica y el señalamiento. Una idea que nos da patria nos da identidad, nos da esperanza. Una existencia, la neolonesa, concreta, individual y colectiva que nos hace únicos y que, a su vez, en la ayuda y en la colaboración altruista que nos distingue, nos multiplica.El carácter que nos empujaCon esa dureza de caracter, con esa agudeza de visión, con esa añoranza del pasado pero con los ojos bien puestos en el futuro, esa curiosidad por ser mejor, esa inquieta energía para trabajar, esa arraigada pasión para triunfar, para seguir luchando y salir adelante; esa alma templada para conquistar los elementos; ese resuelto deseo de sobrevivir al calor, a la sequía, a las polvaredas de un suelo reacio, a la soledad de desierto, a los desastres naturales, a las tormentas y chubascos, y aún así plantar, y cultivar, y cosechar, y emprender, y crecer, y aprender, y ser mejor, para uno mismo y para sus familias, para su ciudad; ese sentido de comunidad y de ayuda en tiempos de crisis sin esperar nada a cambio; ese convencimiento pleno de que el trabajo bien hecho lo sacará a uno adelante; esa comunidad de individuos que añoran la mecedora en la banqueta, pero que adoptan y trascienden hacia el presente y futuro digital; ese individuo, hombre y/o mujer, que agradece a Dios, a su familia, a sus amigos y amigas, a su maestros, a sus manos y a su mente para tener la oportunidad de hacer más y disfrutar los frutos de su esfuerzo; ese que celebra con una carcajada, con un halago, con un abrazo, con una reunión, entre amigos, entre familia, entre temas de trabajo, sociedad, política, religión y, sí, algo de futból. Ese salir a mercados locales, regionales, nacionales y extranjeros, a conquistarlos con productos y servicios, a expandir sus ámbitos de influencia, con pasión y convicción, con oferta y demanda de trabajo bien hecho. Así somos en Nuevo León.Es una identidad local, regional, nacional, ¡internacional! Con orgullo, con visión, con espíritu de lucha y convicción en el triunfo renacida. La figura neolonés de siglos pasados, olvidada, dejado atrás, recuperada, re-dimensionada, marcando la línea a seguir en el siglo XXI.Así, compartiendo pasado y futuro, historia y cultura, trabajo y esfuerzo, comida y bebida es el mundo neolonés. Un mundo local, nacional e internacionalmente reconocido. Por todos lados, por todos los rincones, nos llena de esperanza, de orgullo, de expectativa de buscar mejores resultados yendo por un buen camino. Ser Nuevo León nos une.

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