El acoso sexual es un tema serio y necesita ser atendido de forma urgente. De acuerdo con el INEGI, en México 4 de cada 10 mujeres han sido agredidas al menos una vez en su vida. Esto significa que casi la mitad ha sufrido algún tipo de violencia o acoso, y donde más sucede esto, es en el espacio público.
El acoso sexual limita el derecho de las mujeres a habitar estos espacios de forma libre, lo que afecta enormemente su desarrollo integral. Esto no es un juego ni una broma, es violencia, y no tenemos por qué seguir permitiéndolo. Nadie merece salir a la calle con miedo de sufrir acoso.
La falta de una legislación clara contra el acoso en espacios públicos había generado durante años una laguna legal que permitía la impunidad de la violencia de género. Por eso, durante mi periodo como diputado local, presenté una iniciativa para reformar la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en la que se plantea tipificar el acoso sexual en espacios públicos como un delito.
Me dio mucho gusto saber que esta reforma fue aprobada por las y los legisladores del Congreso de Nuevo León y que ahora el acoso sexual en espacios públicos por fin será sancionado como lo que es: un delito.
Lo hemos dicho fuerte y claro: el que se meta con una mujer, una niña o un niño la va a pagar muy caro. En Nuevo León vamos con mano dura contra acosadores y cero tolerancia contra el acoso y la violencia.
Desde el Gobierno de Nuevo León estamos construyendo un estado más inclusivo e igualitario en donde todas las personas se sientan seguras donde quiera que estén, y sé que estamos dando pasos firmes para lograrlo.
Sin embargo, sabemos que en un tema tan complejo como este falta mucho por hacer, pero no vamos a quitar el dedo del renglón para que todas las mujeres puedan vivir tranquilas en un estado libre de violencia.
