El pasado miércoles 19 de noviembre, cientos de personas con destino al Aeropuerto Internacional de Monterrey quedaron varadas en la carretera. La causa fue un grave accidente: el incendio de un tráiler tras impactar contra las barreras de concreto, lo que provocó el cierre total de la vialidad que conecta con la terminal aérea.
Las labores para sofocar las llamas y retirar el vehículo calcinado se extendieron por más de dos horas, generando un colapso vial masivo para miles de viajeros.
Las imágenes de filas interminables de vehículos, algunas con personas caminando apresuradamente por la carretera, expusieron la urgente necesidad de contar con vías alternas óptimas y funcionales hacia el aeropuerto. Hubo usuarios que permanecieron detenidos por más de tres horas, obligando a muchos a bajar de sus autos para caminar hasta las terminales aéreas; a pesar de este esfuerzo, fue inevitable que cientos de personas perdieran sus vuelos.
La Pregunta Crucial: ¿Estamos Preparados?
Este incidente plantea una pregunta crítica: ¿qué tan preparada está nuestra ciudad para manejar situaciones de emergencia como esta? Para una metrópoli del tamaño de Monterrey, no podemos permitirnos el lujo de que un solo accidente trastoque la movilidad de cientos de ciudadanos y el flujo logístico.
Si consideramos que la vital avenida Miguel Alemán ya está intervenida por las obras de la Línea 6 del Metro, se vuelve imperativo replantear las capacidades de nuestras vialidades. Es necesario evitar que la población quede atrapada por accidentes o por una carga vehicular excesiva.
Aunque parezca exagerado, la ciudad debe planificar para escenarios extremos. ¿Qué pasará si ocurre un percance en el futuro metro elevado? La avenida Miguel Alemán es un corredor industrial clave y la principal vía libre hacia el aeropuerto; su funcionalidad no puede estar en riesgo permanente.
La Urgencia de Planificar ante el Mundial 2026
Ante la próxima celebración del Mundial 2026 y la expectativa de recibir a dos millones de visitantes, es indispensable que la Secretaría de Movilidad y el Gobierno del Estado tomen cartas en el asunto. Es el momento de plantear, en la mesa metropolitana de alcaldes, un proyecto integral de vialidades alternas. Junto con los municipios, se deben analizar escenarios de riesgo y definir las acciones necesarias para mejorar la infraestructura de las principales arterias de la Zona Metropolitana.
Nuevo León es un estado industrial con una economía robusta. Se requiere garantizar vialidades que aseguren la logística industrial eficiente y que permitan a los ciudadanos moverse sin contratiempos.
En la discusión del Presupuesto 2026, la inversión en infraestructura vial y planeación debería ser un tema central. El pronunciamiento de los alcaldes sobre el incremento de participaciones del 20% al 30%, va de la mano con el compromiso del Gobierno Estatal de entregar estos recursos a tiempo. De no hacerlo, corremos el grave riesgo de colapsar nuestra infraestructura vial e impactar negativamente tanto la economía como la calidad de vida de los habitantes de Nuevo León.
