La 77.ª Legislatura ha sido la de mayor rezago legislativo y menor productividad, probablemente en la historia de Nuevo León. Tampoco se escapa a ser una de las peores legislaturas, como se pudo advertir desde su comienzo histórico, ya que le llevó cerca de un mes lograr la instalación de la legislatura para iniciar los trabajos del Congreso Local; inaudito.
Lo extraño del caso es que, a pesar de ser una de las peores legislaturas, ha recibido notables incrementos salariales, mucho mayores a los aumentos de ley para las personas trabajadoras del país. La baja productividad les ha merecido la suspensión de los bonos y prestaciones legislativas para rendición del informe anual, festejo de posadas, Día del Niño, Día de la Madre y Día del Maestro. Contrario a lo que sucede en cualquier organización, aquí, entre menos trabajo registrado y menor competitividad, se dan los incrementos y para eso sí se logra el consenso; no hay divisiones como las que solemos ver en el pleno, las mismas que, al no lograr mayoría calificada, no logran aprobación; tal como sucedió con el tema del Fiscal General de Nuevo León, que nos tuvo más de dos años sin designación de fiscal.
Al ser la Comisión de Régimen Interno (COCRI) la que decide los sueldos de los legisladores y, en general, la disposición total del presupuesto del Congreso, juzgo conveniente, además de todos los aumentos antes mencionados, adquirir 40 nuevos vehículos para legisladores y sus equipos.
Del mantenimiento del inmueble no se ha hablado mucho; no han considerado los legisladores necesario dar mantenimiento integral al edificio, crear un comedor para personal administrativo, mejorar las instalaciones en las que se recibe a la ciudadanía, modernizar los baños, pintar entradas, hacer las reparaciones pertinentes en el edificio de sesiones, habilitar adecuadamente las salas de previas para los diversos grupos legislativos, cambiar elevadores, verificar sistemas de aire acondicionado, mejorar fachada, arreglar la zona de entrada al Congreso, incluyendo la Fuente de Diego de Montemayor, equipamiento electrónico, material para oficinas, etc., etc.
El día de ayer nuestro periódico El Horizonte dio cuenta de la encuesta del INEGI correspondiente a ingreso, en la que se da cuenta de que el sueldo promedio trimestral en Nuevo León para 2024 es de $117,034 pesos, casi la percepción mensual de los diputados, que es de $113,000 mensuales; eso sí, para los coordinadores, la suma es ligeramente mayor.
El Congreso del Estado generalmente es mal calificado por la población, ya que existe la percepción de que no hacen nada o hacen muy poco trabajo y cobran mucho. En honor a la verdad, no se hace justicia a todas y todos los diputados que sí trabajan, asisten al pleno y a comisiones, debaten los dictámenes y llevan los temas más sensibles de la población a tribuna. Sin embargo, en este caso particular de la Legislatura 77, de acuerdo con el nivel de rezago y el nivel de debate que tienen, la percepción popular es realidad, como dice mi amigo Eloy Garza, enanismo legislativo.
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