1. Francisco de Roma no deja de sorprendernos, en especial a sus críticos. Desde que inició su gestión al frente de la Iglesia católica, hace ya más de 10 años, creó un Consejo de Cardenales, purpurados provenientes de los cinco continentes, con la finalidad de ayudarle en su ministerio pastoral. Este grupo de notables no se ha visto exento de problemas: recordemos al ya fallecido George Pell, acusado y encarcelado por delitos de pederastia. Al final fue declarado inocente, pero se llevó ese estigma a su tumba. Hoy otro Cardenal integrante del equipo asesor papal, …
2. … Gérald Lacroix, arzobispo de Quebec, quien ha decidido por propia voluntad retirarse temporalmente, para enfrentar una denuncia por abusos sexuales a una menor de 17 años, hace cuatro décadas. El primado de Canadá ha negado de manera categórica la acusación, que enfrenta con sus abogados. Además, el que en su momento fuera el primer coordinador de este organismo, Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, hoy arzobispo emérito de Tegucigalpa, Honduras, también fue señalado por malversar fondos. No se le encontró culpable.
3. Pues bien. Para aderezar más las reuniones periódicas –cada tres meses– del así llamado C-9, en el pasado diciembre se invitó a Lucia Vantini, fundadora de la Coordinadora de Teólogas Italianas, y a la salesiana Linda Pocher, para hablar sobre el papel de las mujeres en la Iglesia, demasiado masculinizada en voz del mismo Francisco de Roma. A la reunión iniciada el pasado lunes, no sólo repite Pocher, sino que han sido convocadas la virgen consagrada italiana Giuliva Di Berardino y la obispa anglicana Jo Bailey Wells –sí, en femenino no católico.
4. En efecto. La señora Wells, sacerdotisa desde 1996, y obispa en 2016, es vice secretaria general adjunta de la Comunión Anglicana, y en 1998 se convirtió en la primera mujer decana de Clare College, Cambridge. Doctora en filosofía por la universidad de Durham, ha sido profesora de Antiguo Testamento en Ridley Hall (Cambridge) y en Duke (Carolina del Norte), y con experiencias pastorales en Sudáfrica, Uganda, Sudán del Sur y Haití. De 58 años, está casada desde 1994 con el sacerdote anglicano Sam Wells. Han procreado dos hijos. Sí: ella obispa y él sacerdote.
5. ¿Estamos ante una nueva ocurrencia del papa Francisco, como sostienen sus críticos? Yo creo que no. Tal invitación representa su interés en escuchar a las propias mujeres. Así lo dijo Bergoglio: “Hay que desmasculinizar a la Iglesia. Escuchando verdaderamente a las mujeres, pues así los varones escucharemos a alguien que ve la realidad desde otra perspectiva, y así podemos revisar nuestros proyectos, nuestras prioridades”. No es reciente este interés papal por atender a la voz de las mujeres. Dese el inicio de su pontificado las ha venido incorporando a importantes posiciones en los Dicasterios vaticanos.
6. Pero no sólo se ha contentado con requerir a tres damas para participar en su Consejo de Cardenales, sino que una de ellas sea anglicana, y obispa, cristaliza un gesto ecuménico transparente y cálido. No estamos ante un documento más del Vaticano, que convoca al acercamiento con los hermanos separados, sino presenciamos un acto concreto e incluyente, reconocedor del gran aporte que puede otorgar una mujer, protagonista en órganos de decisión al interior de su Iglesia. Ojalá y los obispos católicos del mundo entero sigan este ejemplo, e incorporen la mirada y la voz femeninas a sus decisiones pastorales.
7. Cierre icónico. La Constitución Política de los Estados Mexicanos no es solamente una ley grandota, como parecen entenderlo en Palacio Nacional. La ausencia del Presidente el pasado lunes, en la conmemoración de ese instrumento, refleja que para él no tiene la importancia que sí le han otorgado juristas y políticos de las últimas décadas. La Constitución es un referente obligado para la construcción de nuestra democracia. El desprecio presidencial hacia ella, y los cambios que le propone –con evidentes fines electorales, como lo ha reconocido– confirman su famosa frase: “no me vengan con que la ley es la ley”.
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