Votar no está a discusión: es un derecho y una obligación. Lo que se vivió en la jornada del día de ayer es una elección histórica que, por primera vez, se lleva a cabo en la República Mexicana. Sin lugar a duda, esta elección marcará la pauta que deberá enriquecer la metodología de este nuevo ejercicio de democracia directa, debido a la complejidad de los cargos de elección del Poder Judicial. La tarea del Poder Legislativo y del INE será ahora perfeccionar el mecanismo para realizar un diseño ágil, efectivo y didáctico para la ciudadanía, especialmente rumbo a 2027, cuando habrá elecciones federales para los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
La participación ciudadana nunca debe desestimarse, y mucho menos se deben hacer campañas para evitarla. Sin embargo, en esta ocasión, para la primera elección del Poder Judicial, tal como sucedió con la revocación de mandato presidencial del presidente Andrés Manuel López Obrador, hubo campañas para desincentivar el voto. No hay nada más retrógrado que los partidos políticos, que forman parte del sistema democrático del país, pidan a sus militantes no salir a ejercer su voto.
El panorama político en el país ha dejado una oposición apagada y desdibujada, que se ha reducido a contrariar las decisiones políticas del Gobierno Federal y de las mayorías en las Cámaras de Senadores y Diputados.
¿Cómo vamos a mejorar el proceso si no se asiste a votar para ver su funcionamiento y poder brindar retroalimentación? Cada elección nos cuesta a los mexicanos una suma muy alta de dinero. Pensar que, si hay baja votación, se podrá echar en cara el fracaso del proceso es un grave error, ya que es atentar en contra del sistema democrático del país.
La oposición pierde, una a una, la oportunidad de incidir positivamente en la vida política y social de México. En lugar de arrebatar la narrativa oficial con argumentos, comentarios propositivos, con difusión y propuestas, se quedan cortos tratando de limitar la participación y denostando las acciones del Gobierno Federal.
No es mi interés dar consejos a la oposición; lo que sí pretendo es dejar claro que continuar tratando de limitar los derechos políticos de la ciudadanía es una violación flagrante a la democracia, acto que, de hecho, debería estar prohibido. Cada persona es libre de ejercer su voto. Lo importante es que la ciudadanía tenga las herramientas democráticas para incidir directamente en la vida pública del país, en los gobiernos, el Legislativo y, ahora, en el Poder Judicial. Al final, somos todos quienes padecemos un mal gobierno, un Congreso inoperante y la impunidad cuando no asistimos a votar y permitimos que la decisión quede en manos de otros.
Veamos el saldo de esta primera elección, hagamos las propuestas de mejora, exijamos que se realicen cambios pertinentes, que se abran discusiones para su mejora y volvamos a las urnas con un proceso mejorado. Esta elección del Poder Judicial ha puesto los ojos del mundo en México, por su naturaleza única, ya que la mayoría de los países no elige de manera directa a sus jueces, magistrados y ministros.
Sin embargo, de ser exitoso este modelo en nuestro país, será ejemplo para que otras naciones lo lleven a cabo. ¿Qué tiene de malo ser vanguardistas en la imposición de procesos democráticos que pueden atraer mayores beneficios al sistema de justicia? El valor de la democracia se demuestra con el ejemplo, tal como lo hizo la presidenta Claudia Sheinbaum, una Presidenta preocupada y ocupada en fortalecer el sistema democrático de México.
P.D. En un acto de congruencia, contra todos los pronósticos de opositores y echando abajo las teorías de la conspiración de algunos “periodistas sospechosistas”, AMLO acudió a votar y, con ello, demuestra que vive en su rancho en Palenque, como siempre lo manifestó, y no en Cuba, como comunicadores locales y nacionales afirmaban.