Muere Lupita Torrentera, figura del cine mexicano, a los 93 años

Lupita Torrentera, reconocida actriz y bailarina que brilló en la Época de Oro del Cine Mexicano, falleció este viernes 25 de abril, a los 93 años de edad.

Dicha noticia fue confirmada por su hija, Guadalupe Infante Torrentera, a través de un emotivo mensaje en redes sociales: “Mamá te amamos tus hijos y toda tu familia, estás en nuestro corazón”.

Además, la despedida de Torrentera se realizará este mismo viernes en un servicio funerario privado. Sus restos serán cremados el sábado 26 de abril, según informó la familia.

Torrentera no solo fue una destacada figura del espectáculo, sino también parte fundamental de una historia que marcó al cine y la cultura popular mexicana: su amor con Pedro Infante.

Fue con el ídolo de Guamúchil que tuvo tres hijos, Graciela Margarita, Pedro y Lupita, fruto de un romance que desafió convenciones y escandalizó a una sociedad conservadora.

La relación comenzó cuando Torrentera tenía apenas 14 años. A pesar de las advertencias de su madre, cayó bajo el encanto de Infante, quien ya estaba casado con María Luisa León.

Según recordó la actriz en el programa Historias Engarzadas, Pedro le escribía mensajes amorosos como “Chaparrita, eres muy bonita, te mando muchos besos” y la visitaba a escondidas.

El vínculo creció entre encuentros furtivos, bailes y palabras dulces. En una de esas reuniones, Infante le susurró: “Chaparrita, me encantas”, y sellaron su romance con un beso que cambiaría sus vidas.

Pese a la controversia, la pareja continuó su relación y en 1947 nació su primera hija, Graciela Margarita, quien falleció a los pocos meses. Después vinieron Pedro Jr. en 1950, quien falleció en 2009, y Lupita en 1951, quien desde hace años se ha dedicado a mantener viva la memoria artística de su padre.

Aunque su relación con Pedro Infante fue intensa, también estuvo marcada por la infidelidad del actor. Fue ella quien terminó la relación en 1951, cansada de los engaños del ídolo.

En una entrevista, lo calificó como “un infiel y un sinvergüenza”, aunque siempre reconoció el cariño que le tuvo.