Celebra el 6 de julio el Día Mundial del Pollo Frito

Cada 6 de julio, el mundo celebra uno de los platillos más irresistibles de la cocina: El pollo frito. Crujiente por fuera, jugoso por dentro y profundamente reconfortante, el pollo frito ha trascendido fronteras, culturas y clases sociales para consolidarse como un ícono de la gastronomía popular.

El Día Mundial del Pollo Frito no es sólo una excusa para disfrutarlo sin culpa: es un tributo a su historia, a la creatividad culinaria y a los lazos emocionales que genera. “Un buen pollo frito es poesía crujiente. No es sólo comida, es un recuerdo en cada bocado”, afirma el chef Sean Brock, quien es defensor de la cocina tradicional sureña.

Aunque su versión moderna suele asociarse con el sur de Estados Unidos, el pollo frito tiene raíces multiculturales. Ya en el siglo XIV, los escoceses empanaban y freían pollo sin condimentos, mientras que los africanos esclavizados, al llegar a América, introdujeron el uso de especias y técnicas de fritura más elaboradas.

Esta fusión de sabores y saberes dio origen al Southern Fried Chicken, que pronto se volvió esencial en las cocinas afroamericanas. Con el paso del tiempo, el platillo se expandió por todo Estados Unidos y, gracias a las cadenas de comida rápida, por el resto del mundo.

Aquí te compartimos algunos datos curiosos que quizás no conocías, por ejemplo, que

Japón ama el pollo frito: En Navidad, miles de japoneses acuden a KFC. Todo comenzó con una campaña de marketing en los años 70 que convirtió al “pollo navideño” en tradición nacional.

Hay una receta secreta legendaria: La fórmula de 11 hierbas y especias del Coronel Sanders (fundador de KFC), sigue siendo uno de los secretos comerciales mejor guardados del mundo.

Frito, pero con técnica: Un buen pollo frito requiere un equilibrio preciso de temperatura del aceite, marinado previo y una fritura a doble cocción para lograr ese crunch perfecto. (Con información de Agencias)

Hazlo tú mismo

• Prepara tu versión casera, ya sea estilo sureño, coreano, picante o con algún toque local.
• Prueba una nueva receta: Hay versiones con suero de leche, glaseados de soya, o incluso con polvo de oro comestible.
• Organiza un ‘Fried Chicken Party’ con amigos y que cada uno lleve su estilo favorito.
• Apoya a un local: Muchos pequeños restaurantes y cocineros de barrio hacen del pollo frito una especialidad inolvidable.