Cambia rápido el mapa electoral... ¡y lo que falta!

En casi 30 años, México ha cambiado enormemente en política. El país ha pasado de tener un sistema de partido único a uno pluripartidista.

Y es que durante seis décadas los mexicanos no veían otro color en el país más que el del PRI, quien gobernó sin oponente desde 1929. No había alcaldía o gubernatura que fuera de alguna otra fuerza política.

Pero en el año de 1989 por primera vez un partido distinto ganó una gubernatura.

Baja California fue el estado donde el PAN, como oposición, hizo historia y logró el triunfo. Ya había un ‘‘azul’’ en el arroz.

A partir de esa fecha, la conformación electoral se ha modificado: actualmente, de las 32 entidades federativas que componen el país, el PRI gobierna en 15 de ellas, lo que lo posiciona como el partido con mayor número de gubernaturas; sin embargo, este número es su mínimo histórico.

En segundo puesto está Acción Nacional con siete ejecutivos locales, en tanto, el PRD gobierna en cuatro estados y el PVEM gobierna una entidad, Chiapas.

Además, derivado de la reforma electoral de 2014, hay un gobernador independiente.

Al analizar los cambios después de las elecciones de 2006 y 2012, se aprecia que de un proceso electoral a otro el PRI pasó de 17 entidades donde era gobierno a 21.

En tanto, el PAN disminuyó de nueve a cinco estados como partido en el gobierno.

En el caso del PRD, en 2006 fue la elección donde amplió el número de gubernaturas a un máximo histórico de seis; no obstante, para 2012 no logró conservar tres de estas Baja California Sur, Zacatecas y Michoacán.

Nuevas opciones

Uno de los fenómenos electorales que ha tenido México es la alianza que se ha dado entre dos de los partidos políticos que –según sus ideales– son el agua y el aceite. PAN y el PRD han logrado alcanzar el éxito gracias a los acuerdos que han tenido juntos.

Actualmente, la fórmula cuenta con cuatro estados cuyo candidato resultó ganador en Baja California, Durango, Veracruz y Quintana Roo.

Este tipo de acuerdos también han nacido debido a la división que existe en los propios partidos.

Perredistas y panistas viven un conflicto interno que se ha ido agudizando en los últimos años. El ‘‘fuego amigo’’ los ha llevado a buscar opciones sólo por ganar o por llevar la contra a quien no esté de su lado.

La caída del PRI

En 2016 el Revolucionario Institucional tuvo su peor desempeño en la historia.

El partido del presidente Enrique Peña Nieto perdió siete de las 12 gubernaturas en juego, y entre ésas, entregó a la oposición cuatro estados en los que había gobernado de forma consecutiva durante 86 años: Durango, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas.