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Nuevo León

El Payaso 'Hechos' y sus perritas: historia de amor y hambre

Las calles de Monterrey son el circo de Juan Carlos, un artista urbano que cautiva a las personas con la presentación de sus perritas Miel y Lili


  • 10
  • Marzo
    2024

Con ustedes, el único, el inigualable, el espectacular show del payasito Hechos y sus "hijas", sus perritas Lili y Miel.

“Un saludo a todas las chicas guapas al cruzar la calle; recuerden que hay niños y niñas, mamis y papis, gente trabajadora y madrugadora, como taxistas y motociclistas; Miel posa para la foto porque hay muchas chicas guapas y turistas. A todos, mándales un besito”.

Las calles de Monterrey son el circo de Juan Carlos, un artista urbano que cautiva a las personas con la presentación de sus hijas, las perritas Miel y Lily, quienes le salvaron de una depresión y todos los días lo curan de la soledad; a veces hay hambre, pero con ellas, siempre hay amor.

“Estábamos muy solos y ya estábamos muy avanzados en todo el aspecto de la depresión; nos la regalaron, curó a mi compañera, la abrazó y se amaron las dos y en dos semanas ella ya estaba educada y mi mujer estaba sana”.

Miel fue la primera en llegar a la vida de Juan Carlos. Su misión era evitar que le entraran a robar a su casa, lo logró, pero también lo curó a él y a su pareja de la soledad. Ahora ya está separado, pero el amor de sus hijas "peluditas", lo hace feliz.

“Son mis hijas, no hay otra palabra; todo el día convivimos. Me separé hace seis meses y somos una familia. Así andamos por todos lados, en la moto. Tengo mi moto, nos exhibimos y andamos en toda la ciudad, en todos los semáforos”.

Juan Carlos es el payaso “Hechos”, por el libro de la Biblia, pues desde pequeño estudió dentro de su fe e incluso se especializó en Nueva York, hasta que fue deportado. Él y sus hijas van para iglesias y a alegrar a personas, aunque no recibe ningún pago, su trabajo está en las calles.

“No tengo hijos y los cachorros me dieron una obligación, ahora amo esa obligación. Yo no era de animalitos, me dieron una oportunidad de sentirme parte de algo. Ellas tienen aventuras todo el tiempo, son perros sociables, no hay otros perros que pasen tantas horas con la gente”.

Sin embargo, casi cada semana tiene un problema: existen personas que lo acusan de maltrato animal por obligar a sus mascotas a trabajar con él.

“Me preguntan: oye, ¿los explotas? No tengo teléfono, no tengo lujos, no tengo muchas cosas; dos veces por semana es una contienda con alguien, alguien que viene y defiende a mis cachorros, ya cuando se acercan, pues ya la regaron. Yo quiero salir adelante con mis cachorros, ganarme un lugar, un respeto, decirle a todo el mundo que, si yo puedo, todo el mundo puede”.

Juan Carlos quisiera que algún entrenador le ayude a seguir educando a sus cuatro cachorros, pero si no sucede, no importa, él con Miel, Lili, La Negra y el Loco es feliz.

“Ellos llenan mi día, tengo cuatro cachorros, Miel, Lili, la Negra y el Loco y los cuatro son un show para mí, mi casa está loca, está volteada, pero soy feliz; y también, ojalá y salga algún educador que nos dé un poco de educación canina, para poder hacer que esto valga la pena, porque yo no soy educador, soy payaso”.

Y así se despiden el artista y sus 'hijas', con su motocicleta y esa felicidad que ni el hambre quita, la felicidad de recibir un beso de Miel o la patita de Lili, hasta la próxima luz roja.


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