Fallece José Alberto, el hombre más alto de Nuevo León

La tristeza y el luto han envuelto a la familia Villarreal Molina en Mina, Nuevo León, tras la muerte de José Alberto, el hombre más alto del estado.

Conocido como "Titón", medía 2.20 metros debido a un padecimiento de gigantismo que marcó su vida desde la infancia. A pesar de las dificultades de salud que enfrentó, su familia lo recuerda por su carisma y alegría.

José Alberto era el más pequeño de cuatro hermanos y, desde los seis años, su salud comenzó a deteriorarse debido a las complicaciones derivadas de su condición, sin embargo siempre mostró una actitud positiva y una sonrisa que iluminaba a quienes lo rodeaban.

En los últimos meses, su situación empeoró cuando fue diagnosticado con cáncer pulmonar y un tumor en la cabeza, por lo que tuvo que ser sometido a un tratamiento. A pesar de los pronósticos médicos, José nunca dejó de reír ni de compartir momentos con su familia.

Su madre, Blasa Irene Molina, con quien tenía un fuerte vínculo, recordó con cariño los momentos que compartieron:

"Siempre estábamos juntos, él me ayudaba y yo lo ayudaba. Platicábamos, nos reíamos... Era un muchacho muy alegre."

Familiares y amigos han expresado el profundo dolor por su partida. Su tía Matilde Molina lo describió como un joven "muy bueno y respetuoso", mientras que su otra tía, Juana Molina, lo recordó con gran cariño.

Además de su gran altura, José era reconocido por su espíritu jovial y sentido del humor. Su madre compartió que, incluso en los momentos más difíciles, encontraba la manera de hacer reír a los demás.

"Siempre estaba cantando y bromeando. Decía cosas que nos hacían reír. A pesar de su enfermedad, nunca perdió su alegría."

El municipio de Mina, Nuevo León, brindó apoyo a la familia para cubrir los gastos funerarios. José será sepultado junto a sus dos hermanos mayores, quienes perdieron la vida en un accidente hace 10 años.

El legado de "Titón" quedará en la memoria de quienes lo conocieron. No solo fue el hombre más alto de Nuevo León, sino también alguien que, a pesar de los obstáculos, siempre encontró una razón para sonreír.