El árnica mexicana (Heterotheca inuloides) es una de las plantas más utilizada de manera tradicional para tratar golpes. En el siglo pasado, no había quien no la utilizara a modo de pomada para calmar la inflamación de algún chichón o golpe.
La infusión de las flores de árnica es utilizada ampliamente y con buenos resultados en diversos tipos de inflamaciones como las causadas por traumatismos, inflamación de la garganta, gastritis y colitis, dermatitis, inflamación de ganglios, entre otras.
Es importante no confundir el árnica mexicana con el árnica europea. A diferencia del árnica europea (Arnica montana), el árnica mexicana no presenta toxicidad y se puede ingerir sin problema. Además de su uso en golpes y diferentes traumatismos, las flores de la (Heterotheca inuloides), son utilizadas también de forma tradicional para el tratamiento de la gastritis.
En un estudio, presentado por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, se demostró su utilidad para combatir la bacteria Helicobacter pylori, misma que comúnmente se encuentra asociada a diferentes tipos de gastritis, especialmente cuando hay presencia de úlceras digestivas.
En el caso específico de úlceras digestivas, el árnica mexicana evitará el desarrollo de la bacteria Helicobacter pylori, además de ayudar a desinflamar y regenerar la mucosa digestiva.
El Árnica Mexicana (Heterotheca inuloides) es también un excelente apoyo para la recuperación post-ejercicio, desinflamando los músculos cansados y sobre trabajados, así como promoviendo la cicatrización en caso de que haya micro-rupturas en las fibras musculares.
Se puede tomar combinada con la Cola de Caballo (Equisetum arvense), una planta mineralizante que evita la presencia de calambres después del ejercicio.
Esta planta es una de las fuentes más ricas en ácido silícico, materia prima para la elaboración de colágeno, lo que la hace una excelente herramienta para mantener las articulaciones, tendones, huesos y ligamentos en buen estado.
La combinación de estas dos plantas es muy útil también tras una operación quirúrgica o estética, acelerando el proceso de recuperación por sus propiedades desinflamatorias y cicatrizantes.
Una receta divertida para utilizar, sobre todo para tratar golpes en niños, es preparar una infusión de árnica, bien concentrada, una cucharada sopera de la planta para una taza de agua. Verter la infusión de árnica en la charola de los hielos y meterla en el congelador.
Así, cada vez que tengamos algún golpe a tratar, podemos sacar un hielito de árnica de la nevera para desinflamar. Esta receta es muy útil donde hay chiquillos, ya que en su afán por explorar el mundo suelen tener accidentes frecuentemente. Sus propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes la hacen un excelente remedio para golpes, heridas y traumatismos.