En efecto, el segundo debate fue más agresivo que el primero. Sin embargo, fue más esperanzador. Las denuncias mutuas de las candidatas arrojaron evidencias prácticas y muy sensibles.
La candidata Sheinbaum no pudo (o no quiso) dar respuestas directas a fuertes preguntas de Xóchitl Gálvez. Por ejemplo, esta: “¿Te atreverías a denunciar a los hijos del presidente López Obrador por enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias? SILENCIO SEPULCRAL.
La candidata de MORENA, ni tarda ni perezosa, se aventó con expresarle que la CORRUPTA era ella (XÓCHITL) por la agenciación de unos contratos cuando fue jefa delegacional de Miguel Hidalgo en la CDMX.
Obvio que iba a salir lo de la caída de la Línea 12 del Metro y el derrumbe del Colegio Rébsamen, ambos de la Ciudad de México. Acontecimientos que se dieron durante el período de gobierno de Claudia Sheinbaum en dicha metrópoli. ¿Respuesta? La misma de siempre. Claudia nunca se salió del guion impuesto por sus asesores políticos y partidistas: CERO RESPUESTAS A SUS ATAQUES; PERO NO TE DEJES.
En lo que se refiere al candidato Jorge Álvarez Máynez, sucedió exactamente lo mismo: BUSCA REFLECTORES PARA TRATAR DE MANTENER EL REGISTRO DEL PARTIDO Y, SI LE ALCANZA, LOGRAR POSICIONAMIENTOS EN DIVERSAS CURULES FEDERALES Y LOCALES. Asimismo, conquistar nuevas alcaldías y mantener las que van en juego por la reelección. ¿Regidurías? Claro, las máximas.
Ahora bien, hay candidatos naranjas (como en los demás partidos) que se salvan “del siempre los mismos”; bueno pues a esos habrá que darles el beneficio de la duda. La ciudadanía calificará sus propuestas y sabrá darles sus votos de confianza. En este sentido, por ejemplo: ¿Creen ustedes que el alcalde de Monterrey está dentro de este supuesto? Que los votantes decidan.
El tercer debate programado para este mes será el decisivo para marcar perfiles más exactos a la carrera para la sucesión presidencial. ¿Las encuestas qué dicen? La verdad de las cosas está un poco “en chino” determinar la credibilidad de ellas; toda vez que la mayoría de este universo está “a modo”. Es decir, fueron pagadas.
Luego entonces, cómo poder estimar, con menos margen de error, ¿quién se llevará el triunfo? Sencillo: El electorado valorará que, durante este sexenio, su quincena le es suficiente “para vivir dignamente con su familia”. Dicho de otra manera, en este periodo de gobierno federal, su nivel y calidad de vida ¿es mejor que los anteriores? ¿su sueldo le permite tener ahorros para el futuro?
Si la respuesta es afirmativa, entonces Claudia Sheinbaum arrasará en este 2 de junio. ¿No es así? Luego entonces, el resultado será muy seguramente otro.
El 1 de mayo, dicho está, es una conmemoración más de los mártires de Chicago, así como los de Cananea aquí en nuestro país. Sin embargo, en los periodos del otrora hegemónico PRI, los desfiles y/o marchas eran verdaderas fiestas. Tal parecía que el Sindicato que “acarreara” más afiliados, era el más fuerte. Los jefes de gobierno se complacían con esa actividad circense. Era cumplir con el “Pacto por la Paz Laboral”.
De hecho, aquí en Nuevo León nuestro gobernador Samuel García se jacta con justa razón de este pacto; pero ¿a qué precio? Eso habrá que preguntarle a los “líderes sindicales”. Sobre todo, a ambos secretarios generales seccionales pertenecientes al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). ¿Hay paz laboral magisterial por sus logros salariales y prestacionales o por su “entrega” al gobierno? Sólo es pregunta.