El domingo 8 de junio, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, firmó un acuerdo para declarar oficialmente al río Santa Catarina como Área Natural Protegida Estatal.
Esta decisión marca un hito en la historia ambiental de nuestro estado y abre una ventana de oportunidades para avanzar hacia un estado más sostenible y respetuoso con nuestro entorno.
Ahora bien, ¿qué significa realmente esta declaratoria?
Una declaratoria de Área Natural Protegida Estatal implica que el gobierno del estado tiene la obligación de garantizar un régimen legal de protección para conservar y restaurar el ecosistema del río.
Lo anterior garantiza que la conservación vaya más allá de buenas intenciones: se trata de establecer una normatividad clara y mecanismos de vigilancia para impedir toda actividad humana que lo degrade, desde la acumulación de basura, el crecimiento urbano irregular, la pavimentación del lecho, hasta megaproyectos que pretendan utilizar el cauce con fines ajenos a su vocación natural.
Es decir, se garantizan mecanismos legales que determinen que el río Santa Catarina no es un terreno baldío ni una vialidad en potencia, sino un ecosistema vivo que atraviesa la mancha urbana de Monterrey y que, históricamente, ha funcionado como un amortiguador natural de lluvias e inundaciones, un corredor biológico y, también, como uno de los últimos pulmones verdes de nuestra ciudad.
Por eso, esta declaratoria es una noticia que debe celebrarse por todos los nuevoleoneses, sin distinción partidista ni ideológica.
Cuidar nuestro medio ambiente no debe ser bandera de un solo grupo político, sino causa común. Sin embargo, también es justo reconocer que esta victoria ambiental no surgió de la nada, sino de años de trabajo de colectivos ciudadanos, especialistas, activistas y legisladores comprometidos con el futuro ecológico del estado.
En ese sentido, es valioso recordar que en esta lucha también ha participado el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
En octubre de 2024, la diputada local Claudia Chapa, integrante del PVEM, y ciudadanos organizados como el colectivo Un Río en el Río presentaron un Punto de Acuerdo en el Congreso del Estado para que se etiquetara, en el Presupuesto 2025, una partida específica a la Secretaría de Medio Ambiente con el objetivo de realizar el Estudio Técnico Justificativo, requisito indispensable para declarar el río Santa Catarina como Área Natural Protegida Estatal bajo la modalidad de Corredor Biológico Ripario.
Desde entonces, la diputada, el partido y todos los que integramos la coalición Juntos Hacemos Historia —Morena, PT, PVEM— trabajamos de forma constante, institucional y comprometida para hacer realidad lo que se concretó este domingo.
Sabemos que cuidar a Nuevo León es también cuidar su equilibrio ambiental, sus fuentes de agua, su biodiversidad y su capacidad de adaptación frente al cambio climático.
Particularmente, porque vivimos en un estado que ha padecido en carne propia las consecuencias del deterioro ambiental: crisis hídrica, olas de calor extremas, pérdida de áreas verdes, contaminación del aire y del suelo.
Ante esta situación, se ha luchado para que el río Santa Catarina deje de verse como un espacio disponible y sea reconocido como lo que es: un bien común que debemos proteger.
Esta declaratoria no debe ser el final de un proceso, sino el principio de una nueva etapa. Es necesario elaborar un Programa de Manejo claro, donde se asignen recursos públicos suficientes para su conservación y donde se escuche a la comunidad científica, a las organizaciones sociales y políticas, así como a los habitantes del área metropolitana.
Hacer del río Santa Catarina un verdadero corredor ecológico urbano hoy es posible y es urgente.
Desde el PVEM, nos corresponde ahora vigilar que el decreto se traduzca en acciones concretas. Desde el Senado, impulsaré las herramientas legislativas necesarias para que el medio ambiente sea una prioridad transversal en todas las políticas públicas.
Porque cuidar al río Santa Catarina es, al final, cuidar a Nuevo León.
