Tienen razón y soy de los que no se molesta cuando lo corrigen. Y es que el lunes en Azteca Noreste/Azteca Tamaulipas, durante mi comentario editorial, agradecí la libertad de expresión que las autoridades electorales INE/IETAM, “otorgan” a los medios de comunicación.
Malo que soy como actor, quise hacer un sarcasmo, pero no se entendió éste, porque pésimo soy para actuar, o dar esa sensación. Cierto, la Libertad de Expresión está consagrada en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
“Artículo 6o.- La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley. El derecho a la información será garantizado por el Estado”.
Vaya chicle de artículo. Por lo mismo, creo que la garantía debe ser más allá de una expresión bonita, y una presunta, una responsabilidad, por algo que es muy simple.
Que todos tengamos derecho a la libertad de expresión, no quieren decir que tengamos la razón. Y en este contexto hay mucho que revisar y más en estos tiempos donde las redes sociales son una ventana para todo tipo de afirmaciones que se dan por la libertad de decir, la mayoría de las veces en detrimento de terceros.
Por lo mismo, los candidatos no han parado, y si no son ellos, los suyos; de todos los colores, están haciendo campaña indirecta “sin pedir el voto pidiéndolo”.
Ya los hemos dicho aquí motones de veces, nuestra ficción, si quiere ser del primer mundo, tiene que pasar por la libertad completa en juego del poder y si acaso, lo que falta es clarificar las reglas donde, por supuesto, que en el modelo norteamericano que tanto gusta a mis amigos abogados, centraliza el asunto de los dineros.
Registrar en caja de cristal, de donde viene y si acaso el poner topes, faltaría. Pero que se abra el activismo, desde el mismo gobierno, porque al final de cuentas, todos lo que se hacen, para bien o para mal en los gobiernos, es absolutamente electoral, y en pos de ganar o perder el poder político.
Qué sentido bananero tiene esta idea de que con reglas los mexicanos vamos a portarnos bien. No lo hacen los “los gringos”, nosotros menos, y eso, seguro dirán, también es culpa de los “españoles malditos” o de Calderón; lo que se les ocurra primero.
Tiene razón AMLO, debe existir una Reforma Política que garantice reglas más libres, sí, solo que en lo que nos ocupa a nosotros, como ciudadanos, nos gusta soñar en que la modernidad política, llegará de la mano de todos y no de un solo hombre.
Total… “Una democracia no es en realidad más que una aristocracia de oradores, interrumpida a veces por la monarquía temporal de un orador”. Thomas Hobbes.