Hay algunas plantas que son esenciales para tenerlas en casa y atender cualquier emergencia.
Desde los inicios de la humanidad, la naturaleza ha sido una fuente invaluable de remedios para tratar distintos problemas de salud. Algunas plantas, por sus múltiples beneficios, son esenciales para tenerlas siempre a la mano en casa, ya que pueden ser de gran ayuda en situaciones de emergencia.
Una de estas plantas es el chaparro amargo (Castela texana), reconocido por sus propiedades antiparasitarias y astringentes. Es especialmente eficaz para cortar episodios de diarrea, ya sea de origen infeccioso o provocada por alimentos en mal estado.
Para cortar una diarrea será necesario consumir 30 gotas del extracto cada hora e ir espaciando la toma conforme se va viendo mejoría. En zonas tropicales, es común la amibiasis, cuyos síntomas incluyen diarreas intermitentes, estreñimiento, náuseas, dolores de cabeza, pérdida de apetito (a veces alternada con un aumento del mismo) y mucosidad en las heces.
Ante estos cuadros, es recomendable desparasitarse al menos una o dos veces al año. Una forma natural de hacerlo es tomando extracto de chaparro amargo tres veces al día durante 10 días consecutivos.
Para detener el sangrado de una cortada de manera inmediata, se puede recurrir a la cutícula o piel seca de la cebolla, que actúa como hemostático natural, detiene el sangrado y, además, tiene propiedades antisépticas.
Otra excelente opción es la hierba del pollo (Alternanthera pungens), fácil de cultivar en el jardín. Basta con lavar y machacar sus hojas para aplicar una cataplasma sobre la herida.
Una vez detenido el sangrado, es importante prevenir infecciones y favorecer la cicatrización.
Para ello se puede utilizar extracto de Sello de Oro (Hydrastis canadensis) o extracto de Tepezcohuite (Mimosa tenuiflora), ambos con propiedades antisépticas, antiinflamatorias y regenerativas.
Otra planta fundamental en el hogar es la árnica mexicana (Heterotheca inuloides), ideal para tratar golpes, moretones y traumatismos menores gracias a sus cualidades antiinflamatorias y cicatrizantes.
Una forma práctica y divertida de usarla, especialmente en niños, es preparando una infusión concentrada (una cucharada sopera de árnica por taza de agua), verterla en una charola para hielos y congelarla.
Así, cada vez que se presente un golpe, se puede aplicar un cubito de hielo de árnica para desinflamar.
Otra opción es tener en casa un buen gel de árnica para aplicar en caso de golpes, traumatismos o dolores musculares.
Por último, tener una planta de sábila (Aloe vera) en casa es una decisión inteligente. Su gel interno alivia eficazmente quemaduras leves, ya sean causadas por el sol o por contacto con fuego o superficies calientes, gracias a sus propiedades calmantes, regeneradoras y refrescantes.