En el documento Elocuencia nuevoleonesa, publicado originalmente en 1956, Genaro Salinas Quiroga presenta una selección de alocuciones y participaciones orales de los hombres más prominentes en la historia de Nuevo León.
Un libro esencial para el regionalista y, en definitiva, una lectura que debería ser obligatoria para todos los jóvenes de Nuevo León. Uno de estos discursos es de un exgobernador particular: Dr. Ignacio Morones Prieto.
Estudió medicina obteniendo su título en 1923 y su especialidad en cirugía general en la Sorbona de París en 1928. A continuación, se presenta un resumen de lo dicho en 1953, en la Inauguración del Congreso de Protección a la Infancia, dirigiéndose hacia el presidente de la República, secretarios de Estado y miembros del cuerpo diplomático de aquel entonces. Ciertamente, su discurso tiene una profunda relevancia para el presente.
El exgobernador determina que debido a la ley biológica que impulsa la reproducción de la especie, el niño es el recipiente de la ternura y, por ende, esta función se eleva como uno de los propósitos y sentimientos más nobles para la patria.
Morones Prieto motiva al lector a ser un paladín de la empresa de la justicia, señala que no se puede concebir una civilización sin herramientas para hacer legítimo y verdadero el derecho de los débiles; lo contrario sería retornar a la barbarie y, según Morones Prieto, esto sería una “maldición suprema”.
El Estado y la sociedad deben proteger al débil que apenas se asoma a la vida, pues este será el heredero y propulsor de los ideales y las obras que conforman la construcción de la civilización.
Sobre los niños, ¿qué le recomendaría Morones Prieto a los gobernantes de hoy? Lo mismo que recomendó en aquel entonces: “Asegurémosle salud, desde antes de nacer; el alimento y el abrigo”, y continúa diciendo: “no permitamos que hombres o mujeres sin escrúpulos los abandonen”.
En su discurso, nota que solamente los seres subnormales, antisociales, desequilibrados o carentes de sentimiento ético pueden sentir aversión por el niño. Resalta la importancia de la infancia en sus diferentes etapas y lo importante que es el apoyo del Estado para la higiene prenatal, natal y posnatal.
Morones Prieto sostiene que se ha de ayudar a las mujeres embarazadas y hace énfasis en que, en el caso de la mujer abandonada, la ley debe encargarse de la investigación de la paternidad y las obligaciones financieras que tiene el padre en función de la protección del menor y su madre.
Consideró los derechos a la educación y al desarrollo vocacional como indispensables. Con resolución hablaba de proteger al niño de espectáculos inapropiados, lecturas dañinas, costumbres perjudiciales y cualquier tipo de explotación.
“Por encima de cualquier prejuicio debe señorear en esta asamblea, el alto propósito de asegurar al niño cuanto la sociedad y el Estado puedan hacer para que nazca, crezca y se desarrolle en el ámbito de la seguridad del bienestar”. Ignacio Morones Prieto eleva el papel de la familia en el Estado como la célula primordial de la sociedad, colocada por encima de los “oleajes del vicio y la miseria”. Proteger a la familia frente a aquello que la haga peligrar en su estabilidad jurídica o económica.
El doctor abogó por trasladar al ámbito social la protección de la institución familiar, estableciendo que si un niño es producto de una unión casual, aquellos que lo engendraron tendrían que cumplir las responsabilidades que conlleva la crianza de todos modos.
¿Cuál es el mensaje del Dr. Ignacio Morones Prieto? Apoyar al niño en la marcha por la vida. Su discurso evidentemente refleja una preocupación por la infancia en todas sus etapas.
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