El INE implementa para la elección 2024 tres modalidades de votación para mexicanos en el extranjero, es el voto anticipado, el presencial en sedes consulares o el voto electrónico. También está aquel en prisión preventiva. Esto representa un avance a la democracia en México.
La cantidad de mexicanos interesados en la renovación de poderes Ejecutivo y Legislativo es poca con relación a la población existente fuera de México, pero es un parteaguas para mejorar nuestra democracia y hacerla más incluyente para las personas con discapacidad, quienes enfrentan un proceso judicial o aquellos expulsados en busca de mejor calidad de vida.
El miércoles 20 de marzo, el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPC) organizó un panel de diálogo. Participaron Ana Gabriela Bernal Arrieta por parte del INE, Samuel H. Ramírez Mejía por la UDEM (sede del encuentro) y Óscar Tamez Rodríguez como sociedad civil.
El tema procura consensos. Nadie puede disentir con respecto al derecho de cualquier mexicano para expresarse en los procesos electorales del país; sobre todo cuando los ingresos por remesas son vitales para la economía nacional.
Pueblos en Nuevo León, Zacatecas, Michoacán, Hidalgo y otras entidades, son ejemplo de la valía del trabajo migrante en la economía. En Nuevo León hay cientos de viviendas deshabitadas y que sólo tienen vida en Semana Santa o diciembre, cuando vienen los paisanos a revivir alegrías de antaño.
El voto electrónico es el que debe centrar el análisis a presente y para abrir debate a futuro. La discusión tiene amplios argumentos a favor o contra su implementación. Sin embargo, el futuro está más cerca de lo pensado, la tecnología y el uso del Internet obligan a abrir la reflexión desde ahora.
Cierto que en los próximos 5 o 10 años es poco probable que se aplique en elecciones locales el voto electrónico, pero no por ello se debe postergar su discusión.
Entre las coincidencias respecto al voto electrónico está que no necesariamente abarata las elecciones pues no desaparece la casilla presencial de boleta en papel ni sus costos, pero ahora se incrementa el relativo a la urna electrónica, sea en modalidad de tipo cajero (urna física en la casilla instalada pero con voto digital) o de aplicación a la cual se acceda desde un teléfono inteligente, tableta o equipo de escritorio.
A favor hay grandes bondades, los panelistas convocados por el IEEPC coincidieron en ellas, tanto Ana Gabriela como Samuel y Óscar señalan que podría beneficiar la participación en la jornada electoral al incrementar el porcentaje de votación y superar el promedio actual.
Agregan que es entre la población joven (18 a 35 años) donde mayores oportunidades tendría su aplicación pues siendo el sector poblacional mayoritario en la lista nominal, también es el que presenta menor participación en las urnas.
Su implementación en lo local tiene múltiples aristas, hay municipios de Nuevo León, e incluso estados de la República, donde se podrían definir las elecciones gracias al voto electrónico; hay municipios donde existe mayor población migrante que en la localidad, como sucede en el estado de Zacatecas.
Mucho por debatir, entre ello: cómo blindar el voto electrónico de la manipulación electoral, de los cibermapaches, la desconfianza en los algoritmos, la posibilidad de votar físicamente y en forma electrónica, la compra de credenciales, el turismo electoral y el voto migrante de connacionales quienes viviendo en un estado pueden votar en otro.
Es tiempo de abrir la discusión para que no nos alcancen los tiempos.