Domingo Valdez Llano nació en Monterrey en 1878. Médico de profesión, ocupó la presidencia municipal de Monterrey del 13 de octubre de 1919 al 19 de septiembre de 1920. Mantuvo una tensa relación con los gobernadores José E. Santos y Porfirio G. González, quienes se inmiscuyeron en los asuntos municipales al ordenar en tres ocasiones la suspensión temporal de su cargo, acusándolo de abuso de autoridad. A este conflicto se le sumó la disputa con varios integrantes del ayuntamiento, quienes lo cuestionaron por la malversación de recursos, al considerar que despilfarró importantes sumas de dinero para el mantenimiento de su automóvil. Veámoslo a continuación.
El cuestionamiento por parte del ayuntamiento se presentó cuando el alcalde regresó de la Ciudad de México, donde llevó a cabo varias diligencias para resolver una multa que le fue impuesta al recaudador de rentas municipales por parte de la Secretaría de Hacienda. En la reunión de cabildo del día 21 de septiembre, el regidor Timoteo R. Martínez pidió al comisionado de Hacienda, Sada Paz, aclarar la cuenta de los $1,000 pesos que el alcalde gastó en el viaje a la capital de la república.
Valdez Llano argumentó que los gastos fueron justificados “en virtud de que fue en servicio del ayuntamiento, ya que con el salario que se le otorga por gastos de representación ($500.00 pesos) no es suficiente”. Los regidores le recriminaron que, desde antes de ser elegido, debió saber que bajo ninguna circunstancia “a un alcalde se le darán gastos de representación superiores a los $500 pesos”.
Los cargos que se le reclamaron se debían a que realizó un gasto de $1,000 pesos de la Tesorería Municipal y “no presentó recibos ni hizo aclaración alguna durante el periodo correspondiente”, además de que —según reporta la propia Tesorería— el mantenimiento del automóvil propiedad del alcalde “le está costando demasiado al erario, ya que se dedica mensualmente la cantidad de $850 pesos por mantenimiento del automóvil, gasolina y pago a los servicios del chofer”. Durante la sesión se intercambiaron acusaciones y se decidió nombrar un comité para deliberar la situación y el destino del munícipe. Las personas encargadas de llevar a cabo una investigación fueron: Luis Tijerina Almaguer, Timoteo R. Martínez y Ricardo Sada.
La investigación de dicho comité determinó que existía un recibo de Valdez Llano por valor de $1,000 pesos “sin que exista justificante de en qué se ha gastado dicha cantidad”. Además, encontraron que los gastos realizados para la reparación y el mantenimiento del automóvil particular del alcalde, en el periodo comprendido entre el 10 de noviembre de 1919 y el 31 de agosto de 1920, alcanzaron la cantidad de $2,347.49 pesos. También señalaron que “cuando el alcalde estuvo de licencia por motivo de su diligencia realizada en Ciudad de México, la suma ascendió $706.52 pesos y que, además, al día 16 de septiembre ordenó cinco cajas de gasolina con un valor de $50 pesos. A esto se le suma el sueldo del chofer, correspondiente a $75 pesos mensuales durante 11 meses, lo que refleja que en realidad el gasto generado llegaba a $3,247.49.”
Para defenderse de las acusaciones, el edil presentó un extracto de cuenta que arrojó un total de $2,347.49 pesos, alegando que “su automóvil se ha utilizado más en servicio de los asuntos de municipio que en cuestiones particulares”. La cantidad referida la dividió entre los 10 meses que llevaba de gestión para justificar “que no está ni cerca de la cantidad que le reclaman”.
A pesar de esta argumentación, el Cabildo lo declaró culpable por “no presentar en tiempo y forma los comprobantes de gastos, así como por haberse excedido en gastos para su automóvil, y por falta de formalidades en la entrega y toma de posesión de la presidencia municipal, motivo por el cual se le solicita que presente su renuncia como alcalde 1º propietario, (…) y, por órdenes del gobernador del estado, se le debe de separar del ejercicio de funciones durante quince días de manera provisional para que pueda aclarar los cargos imputados.”
Pese al golpeteo político, el cuestionamiento a las constantes licencias para separarse del cargo, la suspensión temporal de sus funciones y la denuncia por abuso de poder, Valdez Llano se mantuvo como alcalde hasta el final de la administración. El Tribunal de Justicia resolvió que únicamente procedía la denuncia por el exceso de gastos en el mantenimiento del vehículo del edil; los demás cargos quedaron desestimados.
