Si algo ha caracterizado a la Cuarta Transformación es su compromiso inquebrantable con la justicia laboral.
Desde el inicio del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, el mundo del trabajo en México dejó de ser un terreno olvidado e intocable para convertirse en una prioridad nacional.
Pasamos de ser un país que se enorgullecía de ofrecer trabajos de hambre, a uno que puso en el centro el impulso de diversas e importantes reformas laborales, para lograr un país en el que se trabaje para vivir, no para vivir para trabajar.
Uno de los avances más palpables ha sido el incremento sostenido del salario mínimo, que ha tenido una recuperación histórica de más del 110% en términos reales desde 2018.
Esta política ha sido fundamental, pues no sólo ha elevado el ingreso de millones de familias, sino que ha contribuido a reducir la pobreza laboral, fortalecer el mercado interno y revalorizar el trabajo digno en el país. La presidenta Claudia Sheinbaum ha continuado esta política cuatroteísta, y en 2025 hubo un aumento del 12% al salario mínimo en comparación con el año anterior. Un claro mensaje de que la transformación laboral no se detuvo, sino que continúa y se profundiza.
Pero la 4T no se limitó al salario. Se impulsó, además, la reforma laboral de 2019, que sentó las bases de un nuevo modelo de relaciones de trabajo, más democrático y equitativo. Se acabaron las simulaciones sindicales, se erradicó en gran medida la subcontratación abusiva, se reconoció y dignificó el trabajo del hogar y se mejoró el acceso a la pensión para millones de personas. Logros que parecían impensables hace apenas unos años hoy son una realidad que sigue ampliándose.
En todo ese tiempo, hubo quienes aseguraron que nada de esto era posible sin llevar a la quiebra al país o a una inestabilidad financiera. Nada de eso ocurrió.
Ahora, en el marco del Día del Trabajo, la presidenta Sheinbaum ha dado un paso más hacia el bienestar laboral al anunciar mesas de diálogo para implementar, por consenso, la semana laboral de 40 horas.
Esta medida, que se proyecta concretar a más tardar en enero de 2030, no será impuesta de manera unilateral. Por el contrario, del 2 de junio al 7 de julio, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social convocará a trabajadores, empresarios, académicos y expertos a una serie de foros en todo el país para discutir los términos, beneficios y desafíos de esta transición.
Hay que ser claros: la reducción de la jornada laboral no es una ocurrencia, sino un pendiente histórico en nuestro país. México es, lastimosamente, uno de los países con las jornadas laborales más extensas ¡del mundo! Mientras muchos países ya gozan de jornadas de 35 o 40 horas, México sigue arrastrando un promedio de 2,128 horas al año. Por ello, esta nueva política es una necesidad urgente para mejorar la salud, la productividad y la calidad de vida de millones de trabajadoras y trabajadores.
Estudio tras estudio ha revelado que jornadas más largas en el trabajo no mejoran la productividad; mejores condiciones laborales sí lo hace.
Ante las preocupaciones y las críticas que ha producido este anuncio, quiero decirles que estén tranquilos; si algo ha demostrado la Cuarta Transformación en materia laboral es responsabilidad y capacidad de diálogo. Todas y cada una de las reformas se han logrado de la mano del empresariado mexicano.
Con el liderazgo de Claudia Sheinbaum, y el trabajo de todos y cada uno de nosotros, México seguirá caminando hacia una sociedad más justa, más equitativa y más humana.