Hoy, 1 de septiembre, no es un día más en el calendario político de nuestro país.
Es una fecha que quedará marcada en los libros de historia y en la memoria de todos aquellos que tenemos la suerte de vivirla.
Hoy se llevará a cabo el primer informe presidencial de Claudia Sheinbaum, la primera mujer en encabezar el Gobierno de México, y la toma de protesta de los nuevos integrantes del Poder Judicial de la Federación, elegidos por voto popular. Dos hechos que, por sí mismos, son muestra de la profunda transformación que estamos viviendo.
El hecho de que hoy una mujer presida la nación y que los jueces provengan de las urnas ciudadanas constituye un cambio de paradigma que ha traído más allá de meros símbolos, logros concretos.
Ha transcurrido un año desde que Claudia Sheinbaum asumió el liderazgo del llamado Segundo Piso de la Cuarta Transformación.
Un año complejo, lleno de desafíos regionales y globales que pusieron a prueba la solidez del proyecto político iniciado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Frente a este escenario, la Presidenta ha respondido con prudencia, pero con firmeza y visión estratégica. Su capacidad negociadora la ha colocado como referente internacional: mientras en otras naciones la incertidumbre ha erosionado la confianza de los inversionistas, México se mantiene como destino atractivo, con casi 39,000 millones de dólares de inversión extranjera directa y reservas internacionales históricas que superan los 229,000 millones de dólares.
En el ámbito interno, los resultados también son evidentes. Las reformas impulsadas desde el Ejecutivo han dado pie a la recuperación constitucional de Pemex y la CFE como entidades estratégicas del Estado, lo que reafirma la soberanía energética. Al mismo tiempo, se abrieron caminos para garantizar derechos sociales, profundizar la igualdad de género y dar reconocimiento pleno a los pueblos indígenas. La política social se mantiene como columna vertebral: la Pensión Universal para Adultos Mayores, la Beca Universal Rita Cetina y la recién creada pensión para mujeres de 60 a 64 años reflejan que este gobierno sigue poniendo en el centro a quienes antes fueron invisibles para los poderosos.
El programa Salud Casa por Casa lleva atención médica a comunidades que por décadas fueron relegadas, y la construcción de vivienda social comienza a corregir un rezago que parecía interminable, mientras que el desempleo se ubica en su nivel más bajo en décadas y el salario mínimo continúa incrementándose.
Por otro lado, el 1 de septiembre será la toma de protesta del nuevo Poder Judicial. Por primera vez en la historia nacional, 881 jueces, magistrados y ministros asumirán sus cargos con el mandato directo del pueblo. Atrás quedarán las designaciones pactadas entre cúpulas, los nombramientos opacos y la justicia secuestrada por intereses particulares.
A partir de ahora, quienes imparten justicia deberán responder a la ciudadanía, rendir cuentas y honrar la legitimidad que sólo otorga el voto popular. No hay excusas.
Así, este 1 de septiembre se escribirá una página inédita. Escucharemos el informe de la primera mujer presidenta y daremos la bienvenida a un Poder Judicial elegido democráticamente.
Pero, más allá de los hechos, lo que constataremos será que la Cuarta Transformación no es un discurso, sino una realidad en marcha. Una realidad que está cambiando la manera en que se ejerce el poder en México.
El reto, para todos quienes impulsamos la Transformación, será sostener este impulso, acompañando a la Presidenta y al nuevo Poder Judicial, ejercer el poder que ostentamos cerca del pueblo y luchar contra quienes añoran el viejo régimen.
El 1 de septiembre es un recordatorio de que la transformación avanza con paso firme, hacia un país más justo, a la altura de su pueblo.
