En un mundo marcado por la tecnología, la innovación, la inteligencia artificial, los vehículos eléctricos y la transformación digital, los semiconductores se han convertido en una herramienta fundamental en nuestra cotidianidad.
Creo que los semiconductores son el acero del siglo XXI. No lo digo con ligereza: de los semiconductores dependen casi todos los dispositivos modernos y tecnologías clave, desde computadoras, celulares inteligentes y automóviles hasta sistemas militares.
Así como el acero fue el motor de la industrialización, este sector está marcando el ritmo de esta nueva era.
México, con una posición estratégica en el mundo y las bases para participar en tan importante sector, no puede quedarse fuera.
Nuestra ubicación geográfica, nuestra cercanía con Estados Unidos, nuestra participación en el tratado comercial más importante de América del Norte, así como nuestra propia industria, nos colocan en una posición privilegiada para insertarnos en la cadena de valor global de los semiconductores.
Por eso, como presidente de la Comisión de Seguimiento a la Implementación y Revisión del T-MEC, impulsamos un diálogo con expertos y empresarios sobre los semiconductores.
¿Cómo se inserta México en la cadena global de semiconductores? ¿Cómo aprovechamos el T-MEC no solo como tratado comercial, sino como palanca de desarrollo tecnológico y soberanía industrial?
Desde el Senado sabemos que es importante escuchar y construir de la mano de los expertos y partes involucradas.
El 17 de junio, representantes de empresas como Intel, Google, Huawei, Qualcomm, IBM, así como instituciones como la Secretaría de Economía, Relaciones Exteriores, universidades de prestigio y asociaciones empresariales como CANIETI y AMIA, se sentaron a dialogar con senadores de distintas bancadas sobre el futuro de una industria que lo es todo: defensa, salud, infraestructura, telecomunicaciones, automotriz.
Quizás una de las conclusiones más importantes que surgieron es que ningún sector escapa hoy a la lógica de los semiconductores.
En esta discusión es importante poner en el centro el momento geopolítico que vive México frente a la revisión del T-MEC en 2026.
Como bien sabemos, el mundo y nuestra región pasan por momentos complejos, con grandes desafíos y también con grandes oportunidades.
Pero también entendimos que no podemos quedarnos en el diagnóstico. Se necesita una estrategia. Por ello, anunciamos la intención de crear un Consejo Consultivo con la Secretaría de Economía, que tiene como uno de sus objetivos principales reunir a las voces especializadas para entregar al gobierno federal una carpeta única de propuestas que permitan fortalecer la postura mexicana en la próxima renegociación.
Estoy convencido de que, frente a la renegociación del Tratado, hay que trabajar desde hoy, escuchar a quienes saben y construir una agenda común para que México no quede relegado en la economía global. La Comisión del T-MEC no será una figura decorativa, sino una plataforma activa para el diálogo, la estrategia y la defensa de los intereses nacionales.
En este momento histórico, México tiene dos caminos: seguir siendo un país ensamblador, dependiente de tecnologías extranjeras, o asumir el desafío de convertirse en un actor clave dentro de la cadena de valor tecnológica del continente.
Insertarse en el ecosistema de semiconductores exige inversión, planeación, talento y visión de Estado. Pero, sobre todo, exige coordinación política y liderazgo institucional. Desde el Senado, y particularmente desde la Comisión de Seguimiento a la Implementación del T-MEC, estamos dando los primeros pasos.
