En una campaña que comenzó titubeante y fue cuestionada por arropar a un empresario al cargo de alcalde regio, el priista Benjamín Clariond logró revertirla con acciones que fueron de menos a más, gracias al respaldo de importantes organizaciones públicas y privadas , además de su carácter jocoso, que le acarreó popularidad. Veámoslo a continuación.
Después del arranque colectivo de campaña —en el que participaron los candidatos de los municipios del área metropolitana, donde abundaron las pizzas, el baile y hasta la rifa de un carro—, el abanderado tricolor visitó las colonias Sierra Ventana, Independencia, La Moderna, La Argentina, Industrial y San Bernabé, donde se comprometió en cuerpo y alma a gestionar obras para la comunidad y erradicar la corrupción. Al día siguiente, recorrió las colonias La Campana, 15 de septiembre y Burócratas Municipales, donde constató las carencias de la mayoría de los vecinos, la falta de servicios públicos y la necesidad de regularización de sus terrenos. También prometió la canalización del Arroyo Seco.
El día 21, continuó visitando las colonias Granja Postal, Nuevo Estanzuela, Ignacio Altamirano, Nogales de la Sierra y Sierra Ventana. Criticó la ineficacia de los programas de Solidaridad, cuestionó al mandatario estatal “por poner mano dura en la certificación de terrenos” y prometió crear una dependencia municipal para darle seguimiento a este importante programa social.
El 22 de septiembre estuvo en la Feria de Monterrey, acompañado de su familia. Ahí señaló que, en caso de llegar a la presidencia municipal, tenía contemplado concesionar la referida feria y de los parques Canoas, Alamey y España. Ese mismo día acudió a la colonia Treviño, donde fue recibido por los integrantes de la Junta de Mejoras, quienes le manifestaron que no soportaban los prostíbulos, las cantinas y centros nocturnos abiertos 24 horas.
El 25 de septiembre, durante su visita a la colonia Lázaro Cárdenas se comprometió a “exterminar a los líderes corruptos”, creando comités seccionales del PRI para allegarse todas las propuestas y necesidades de los vecinos. El día 27, durante un recorrido por el Rastro Municipal, prometió mejorar las instalaciones, sugiriendo que su privatización “no era la mejor solución, ya que antes de cuestionar esto, primero había que modernizarlo.” Ese mismo día visitó las colonias Cima de la Loma, el antiguo Camino a San Agustín, Unión 13 de Mayo y la Independencia. En esta última, los habitantes le indicaron que lo más urgente para ellos era la vigilancia, debido a que eran presas de la drogadicción y el pandillerismo.
Dos días después, asistió a un congreso de la CROC, encabezado por su dirigente estatal Eleazar Ruiz Cerda, quien le manifestó que todos sus integrantes le darían su voto el 10 de noviembre. De allí se pasó a las colonias del sur: Cortijo del Río, Villa de las Fuentes, Lagos del Bosque y Ciudad Satélite donde atestiguó la contaminación del río La Silla, la deficiencia en la recolección de basura, la falta de alumbrado público y la invasión de terrenos. Los colonos se quejaron del abandono en que se encontraba el Parque Ecológico La Silla, invadido por posesionarios.
El 17 de octubre, a instancias de la Comisión Estatal Electoral, se realizó una reunión con los candidatos a la alcaldía de Monterrey para que sugirieran mejoras al proceso electoral. En lugar de propuestas, los candidatos se la pasaron haciéndose reproches, por ejemplo, Benjamín Clariond fue criticado por repartir pizzas, hot dogs, despensas y materiales de construcción en algunos de sus eventos. Al respecto, el abanderado priista señaló que el reparto de las pizzas “nunca lo había hecho con la finalidad de comprar el voto”. Indicó que un amigo suyo, dueño de una cadena de pizzerías, le regalaba el producto, por lo cual eso no le costaba ni a él ni a su partido.
El 28 de octubre, previo a su cierre de campaña, ofreció una larga conferencia de prensa en la que señaló que implementaría una administración de tipo empresarial y un manejo político enfocado en la justicia social. Destacó que los ciudadanos deberían de votar por él, porque “Yo soy empresario, he demostrado tener éxito donde me he metido y tengo experiencia política, gané una elección muy difícil hace tres años, en el primer distrito federal del Estado”.
El PRI cerró sus campañas del área metropolitana el 6 de noviembre, ante 12 mil personas en la Plaza Monumental Monterrey. Luis Donaldo Colosio Murrieta, dirigente nacional encabezó el cierre de los seis candidatos que se congregaron en dicho inmueble. En un ambiente musical más que político, los priistas disfrutaron la actuación de varios grupos musicales contratados para ambientar el evento, como los Vallenatos de la Cumbia, Tropical Panamá, Los Mier, entre otros.
Sin desdeñar su postura de empresario-político, “El Benjas” utilizó en su campaña los gestos populistas y tradicionales de su partido, como los largos recorridos por las colonias populares donde obsequió alimentos y organizó verbenas con grupos musicales y payasos, acciones que le abonarían preferencias para el día de la elección. Veremos.
