Ayer fue 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pero en Nuevo León todos los días trabajamos contra la violencia: aquí, quien se mete con una mujer, se mete con todo Nuevo León.
Este día debe servir para recordar algo básico: no podemos normalizar ninguna forma de violencia. Y digo “ninguna” porque no solo lastima lo físico; también dañan el control, el acoso, la intimidación y cualquier intento de hacer que una mujer viva con miedo.
Desde el Gobierno del Estado hemos trabajado para que ese mensaje no se quede en letras. Por eso, quiero compartirles que el Congreso aprobó la iniciativa que presenté, junto a la diputada Sandra Pámanes, para ampliar la definición de acoso en la calle y en el transporte público. No es un tema menor: en México, una de cada dos mujeres ha sufrido acoso al menos una vez en su vida. Eso tiene que acabar, y en Nuevo León estamos trabajando para que así sea.
Lo importante de este tipo de iniciativas es que las mujeres se sientan seguras en cualquier espacio, que sepan que hay leyes claras para protegerlas y que no están solas. Aquí no hay tolerancia para quienes creen que pueden intimidar, perseguir o acosar sin consecuencias.
También hemos impulsado programas como “Ayudamos a las Mujeres”, que brinda apoyo a jefas de familia, mujeres cuidadoras y mujeres que cargan solas con responsabilidades enormes. Esta es una forma de reconocer el trabajo de quienes sostienen miles de hogares y garantizar que sus familias tengan herramientas para salir adelante.
El 25N ya pasó, pero no vamos a quitar ni un día el dedo del renglón en el combate a la violencia contra las mujeres. Lo decimos fuerte y claro: el que se meta con una mujer la va a pagar, y muy caro.
