Renace la vida
Dolores Martínez, artista, cantante, promotora de la gastronomía y cultura mexicana con más de 40 años de experiencia. Síguela en @dolorescanta en YouTube, Instagram, Facebook y TikTok, www.doloresmartinezoficial.com
Con la primavera, nuestros jardines reviven, las flores nos llenan con sus bellos colores y aromas.
Recientemente, impartí un taller de ceviches y germinados en el Espacio Cultural El Nejayote en donde compartimos sabores y saberes. Preparamos diferentes formas de presentar maravillosos ceviches, y cómo germinar diferentes granos.
Es una maravilla vivir la magia de la naturaleza, y sus grandes bondades. Podemos invitar a nuestros pequeños a que participen con nosotros para que conozcan los procesos naturales de los alimentos. Les comparto cómo lo preparo yo.
Germinado de lentehas y chícharos
Ingredientes:
1 taza de lenteja limpia / chícharo seco
1 Frasco o refractario de vidrio (es importante usar vidrio para germinar)
Para 2 a 3 personas
Procedimiento
Pon la taza de lentejas o chícharos limpios, según sea el caso, a remojar en agua (sólo la necesaria para cubrir ligeramente los granos) de 8 a 10 horas.
Después de este tiempo, se escurren y se enjuagan, para acomodarlas en el “germinador” que destinamos (frasco o refractario de vidrio), cubriéndolas con el agua con que se volvieron a enjuagar.
Se cubre bien el recipiente y se sitúa en un lugar oscuro y cálido, para que repose y empiece el proceso de terminación de las semillas. Este proceso de reposar las semillas para después enjuagarlas se repite por lo menos 2 veces, enjuagando las semillas por lo menos una vez al día.
Cuando los germinados tengan 2 cms de largo, se vuelven a enjuagar para situar el germinador ahora en un lugar más luminoso, sin que le dé el sol directamente. Esto ayuda a que las hojas adquieran su color verde.
Cuando esto suceda, tu germinado estará listo para comerse. El germinado de lentejas y chícharo, dura aproximadamente una semana refrigerado. El tiempo de germinado varía dependiendo de la semilla.
Hoy en día, la vida en la ciudad nos ha desvinculado absolutamente de la naturaleza y de sus procesos. Nos hemos acostumbrado a comprar todo preparado y en cajitas. Esto se ha reflejado directamente en la salud de todos.
Yo los invito a que regresemos a la comida natural, a entender cómo funciona la siembra y la tierra. Con estos pequeños experimentos, podremos recordar que somos parte de un gran todo.
Recordamos esta bella canción del compositor regiomontano Roberto Batres, Con los pies en la tierra.
La humedad que bajó de los cielos
El verdor que nació de la luz
El azul de los mares inmensos
Eso y más, fue regalo de Dios
