La frase de Chicharito —“¿Quieres un hombre proveedor tradicional? Sé una mujer tradicional”— no es ofensiva; solo son roles que, en común acuerdo, se asumen al decidir ser pareja y formar una familia, roles que anteriormente eran fijos.
Hoy en día, continúa siendo una forma en la que muchas relaciones son exitosas.
Siendo mujer, esposa y madre de familia, me ha tocado desempeñar el rol de ama de casa. Dedicarme a mi familia es algo que hago por amor, y cuando se me ha presentado la oportunidad de combinar el rol de esposa, madre y profesionista también lo he disfrutado.
Las ideologías actuales nos hacen creer que las modas son lo mejor para hoy.
Sin embargo, en mi experiencia y según mi escala de prioridades, para formar una familia fuerte, unida y con valores, es necesaria la presencia en el hogar de la madre. Ella, desde el amor maternal natural, tiene las habilidades para enseñar, proteger y corregir en la crianza de sus hijos y, claro, en unión con el padre.
Si el padre es el proveedor, la madre tiene la mejor posibilidad de cuidar lo más valioso: los hijos.
Hoy, millones de mujeres combinan ambas tareas: ser amas de casa y proveedoras; algunas por necesidad, otras por elección.
En mi opinión, el Chicharito solo habla de un estilo de vida que muchas familias llevan: padre proveedor y madre en el hogar. Esto no es algo que haga sentir que uno u otro es más valioso, o mejor. Las tareas en el hogar, como el orden y la limpieza, son labor de todos los integrantes de la familia. Son hábitos que forman personas responsables de sí mismas y de su entorno.
Hoy, la mujer puede elegir estar en su hogar, ser profesionista o ambas labores. Los acuerdos de roles, tareas y responsabilidades se combinan y comparten.
Mantener un hogar limpio, en armonía y con amor es tarea de ambos, tanto del hombre como de la mujer.
Es sano evolucionar y mejorar en las relaciones familiares, elevando la dignidad y el bienestar de todos los miembros de la familia.
Como les dijo a mis hijos varones: un hombre limpio y ordenado es un hombre prosperado. El día de mañana, cuando formen una familia, deseo que afirmen el hábito de ser responsable, solidarios y, sobre todo, buenas personas.
