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Opinión

Emergencia llamando al 911

Fortaleza Ciudadana

La semana pasada, un buen amigo con quien compartí andanzas de juventud en el socorrismo voluntario en la extinta Cruz Verde de Monterrey —ambos estuvimos también en la Roja— me compartió una experiencia preocupante. Él se graduó como enfermero y actualmente ejerce su profesión. Es un líder que representa laboralmente a sus compañeros en la institución donde sigue sirviendo. 

Con sus años de experiencia en el medio de las emergencias y en la atención a pacientes con padecimientos graves —y lo que sigue—, me comenta con preocupación, con el ánimo de poner el tema sobre la mesa de debates y, desde luego, buscar alternativas de solución que puedan ser útiles a la comunidad que con gusto servimos. 

Este amigo, a quien me voy a referir como “Titino”, me confió que cierto día, al ir circulando en su auto, observó que se iniciaba un incendio. Procedió a marcar al teléfono de emergencias 911. Me cuenta que el operador le contestó, y él le dijo que, por favor, enviara una unidad 22 a cierta avenida de la ciudad donde se estaba generando el incendio. Sin embargo, el operador mostró mayor interés en saber por qué le hablaba con claves —que quién era—, en lugar de concentrarse en lo más importante, que era si había algún otro dato que pudiera ser útil para la corporación que se le asignara la atención del siniestro que, oportunamente, reportaba mi amigo Titino. 

En otra ocasión, de manera similar, pasó por el sitio donde acababa de ocurrir un accidente vial y tuvo la gentileza de marcar a lo que nosotros conocimos como la central de emergencias, hoy convertido en un C5. Les marcó indicando que había un “19” en tales calles o avenidas y que dos vehículos habían colisionado, mencionando solamente el sentido de circulación y el color de las carros. De nuevo, el operador quería más datos, como la marca de los vehículos participantes, si había o no personas lesionadas, entre otras preguntas que consideramos torpes para el manejo de una emergencia real. 

Es cierto que toda información ayuda a una mejor atención del evento —que pudo haber sido solo una colisión de vehículos con daños materiales—, pero si el operador hiciera las preguntas adecuadas o enviara con mayor agilidad a un representante de la ley, podríamos salvar a las personas si están lesionadas, o bien, restablecer el flujo vehicular si se trata de los famosos “choquecitos”, que, aunque leves, requieren que los vehículos se retiren a la orilla para realizar con seguridad los trámites administrativos de seguros, infracciones y las respectivas órdenes de atención y reparación. 

Ahora bien, si el operador telefónico pregunta lo indicado, volvemos al tema principal: dar el apoyo de la mejor manera, con calidad y en el menor tiempo posible. Al respecto, respetuosamente me permito proponer la idea de mi amigo: que los operadores tengan la información básica, adelanten la ayuda o elementos a verificar, y continúen la llamada para obtener mayores datos. Es posible que, desde el reporte, puedan ver imágenes de las cámaras que hay en muchos puntos del área metropolitana o, al continuar la llamada, puedan indagar otra información, como si hay personas lesionadas y de qué magnitud es el hecho, para así mandar auxilio médico de emergencia, solicitar una grúa si los vehículos no pueden circular, o enviar equipos de rescate urbano, protección civil o incluso bomberos, si hay derrame de líquidos o personas atrapadas. 

Todo este rollo lo comparto para sugerir que se aproveche la experiencia de quienes hemos vivido en el ambiente de las emergencia. Cada vez que se nos presente una ocasión de servir —incluso desde la llamada de auxilio—, se debería identificar al voluntario y al operador del C5, para aprovechar la experiencia de aquellos que han servido a la patria y al estado en las diferentes corporaciones, y que aún continúan con ese ánimo de apoyar y colaborar para que la atención de las emergencias sea oportuna y correcta. 

A manera de queja, me narraba el Titino que quien le contestó pedía placas, y casi le faltó pedir el número de serie de los participantes, razón por la cual terminó desesperado y colgó la llamada. 

Ojalá se aproveche este grupo que, en Protección Civil del Estado, conocen como “los veteranos de las emergencias”. 

Mañana es 19 de septiembre. Recordemos a las víctimas de los terremotos de la CDMX y tengan cuidado con los simulacros.

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Fb. Luis Gerardo Treviño García
Fb. Fortaleza Ciudadana compromiso por la seguridad

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