Nuevo León está destinado a ser potencia regional. El nearshoring traerá beneficios evidentes al noreste si entendemos una variante registrada de manera casi imperceptible: el crecimiento exponencial se dará en regiones determinadas como la nuestra y no en países completos como México.
Sustento lo anterior en las predicciones del más reciente libro de Emmanuel Todd: La derrota de Occidente (2024).
El historiador y politólogo Emmanuel Todd alcanzó fama y reconocimiento mundial desde que profetizó varios años antes que ocurriera la caída de la Unión Soviética.
En La derrota de Occidente Todd ofrece un análisis a mi juicio muy convincente sobre el irreversible derrumbe de Estados Unidos y Europa.
En este trabajo, cuya lectura me dejó deslumbrado por su claridad expositiva, Todd presenta factores fundamentales que, a su juicio, están llevando al bloque occidental a una crisis terminal.
En primer lugar, resalta el declive industrial en Estados Unidos y el carácter efímero de su Producto Interno Bruto (PIB).
Según él, se registran indicadores preocupantes como la insuficiente formación de ingenieros y un descenso en el nivel educativo en general, así como una disminución en la industria productiva.
Todd propone, frente a este panorama desalentador para los norteamericanos, impulsar regiones concretas a partir del nearshoring.
Ahí es donde entramos los nuevoleoneses si nos ponemos listos para aprovechar las actuales circunstancias comerciales.
La debilidad de EUA es la fortaleza nuestra como región de relocalización empresarial.
Todd destaca el alarmante aumento en las tasas de mortalidad en Estados Unidos. Señala los altos índices de suicidios y homicidios, así como la obsesión por la “Guerra Infinita” (así la denomina él), que revela un nihilismo imperial dominante en la sociedad estadounidense.
Este fenómeno apunta hacia una sociedad en crisis y pone en evidencia la fragilidad de Occidente.
Finalmente, el historiador francés señala la decadencia intelectual, la desaparición de la ética del trabajo y una codicia desenfrenada que Todd atribuye al colapso del protestantismo. Esa es la parte más polémica del libro que yo desdeñaría completamente.
Para él, la ética protestante fue fundamental en el ascenso de Occidente, ya que promovió la educación universal y una fuerte moral individual y colectiva. Sin embargo, con su desaparición, Occidente ha perdido uno de sus pilares fundamentales (yo no creo que vaya por ahí la causa del declive).
La perspectiva apocalíptica de Todd no se restringe a Estados Unidos. También incluye en sus visos apocalípticos a Europa, especialmente debido a la guerra de Ucrania.
Según Todd, esto conducirá a la derrota de la OTAN y el fin de Europa como actor geopolítico autónomo.
El histórico eje París-Berlín ha sido reemplazado por el eje Londres-Varsovia-Kiev, lo que representa un golpe devastador para la vieja Europa.
Las conclusiones de Todd son similares a un informe de la Rand Corporation, titulado “Las fuentes del renovado dinamismo nacional”, que sugiere la necesidad de una “renovación nacional anticipatoria” extremadamente difícil de conseguir.
En su lugar, tanto la Rand Corporation como Emmanuel Todd proponen zonas francas donde se instalen megafactorías en zonas específicas. Es decir, habrá que cerrar el avance de conceptos como el Estado-nación para suplantar ese viejo y obsoleto formato por el de polos de desarrollo regional. ¿Es el momento histórico de Nuevo León? Si seguimos lo que augura Emmanuel Todd, es probable que así sea.