A decir verdad los pleitos entre el Ejecutivo estatal y los del PRIAN han llegado a hartar a la población; y no sólo por el pleito en sí, sino que por lo que representa y los efectos que producen. Uno ataca y el otro contraataca. Los ciudadanos en medio voltean para un lado hoy; mañana voltean para el otro lado. En estas penurias: “Máximo es el que padece”, decía mi madre; sobre todo cuando el pleito era intrafamiliar.
“El desgarriate” que se cargan parece interminable; todo por el control político (incluso, el económico) para llevar “agua a su molino” el próximo 2 de junio. Samuel García, gobernador de Nuevo León, está urgido a ganar curules de su partido político que representa (MC) para tener manera de gobernar más o menos cómodo.
A los del PRIAN les conviene mantener jettatura para garantizar un sano contrapeso.
El equilibrio de fuerzas políticas no sólo es sano, sino que es altamente recomendable. Se acabaron los tiempos del famoso “CARRO COMPLETO”. Con el tema de la inclusión y la paridad de género; es prácticamente imposible lograr el absolutismo en el poder. Eso es de tiempos arcaicos, obsoletos y dictatoriales. Hoy en día, es tiempo de acordar, de construir en la pluralidad, de la tolerancia y del respeto. Asimismo, la corrupción debe ser el modelo a destruir.
Habrá que edificar, de manera conjunta, leyes que beneficien a la gran mayoría del pueblo que confió, mediante el sufragio efectivo, la administración y/o la legislación de un área específica de gobierno.
Hay que trabajar en la modernidad y el diálogo sensato que retribuya jugosas ganancias para la ciudadanía. Traducidas éstas en excelencia educativa, salud digna, aire respirable, movilidad expedita y eficiente; además de una seguridad pública incorruptible.
Estimados líderes de los diferentes partidos políticos: además de “ya chole con los pleitos”, también “ya chole con los mismos candidatos”. ¿Qué acaso ya no hay gente (sobre todo honrada y capaz) digna y “nueva” que esté dispuesta a jugársela por Nuevo León y por México? ¿No hay candidatos a administradores o legisladores de conducta intachable, honorable y cabal y que nunca haya “chapulineado”? ¿O esos no caben dentro de sus filas?
No podemos concebir que sólo un determinado “grupo” de “x” partido tenga la facultad y el poder de decir: “Tú lo serás”.
En pleno Siglo XXI esto es inconcebible. Hay muchísimas mujeres y hombres capaces, leales a México con disponibilidad de servir, Y NO DE SERVIRSE. Porque habrán de saber y entender que este último es un acto vergonzoso y ruin.
Claro que los hay, Y EN DEMASÍA.
Construyan, dentro de la República del amor, métodos de selección que garanticen lo que la gente civilizada anhela: transparencia, pulcritud, igualdad de circunstancia, honorabilidad y amor por sus semejantes. Basta de corruptelas, amiguismos, compadrazgos y demás calificativos similares
para escoger a los distintos candidatos a puestos de elección popular.
Gobernantes, legisladores y partidos políticos: ya no tiren el dinero del pueblo en campañas políticas largas y tediosas; mejor inviertan en educación, salud pública, jubilación digna, combatir la inseguridad, mejorar la calidad del aire, embellecer calles y avenidas, transporte público decoroso, leyes justas y expeditas y, sobre todo, EN EDUCACIÓN DE LA PREVENCIÓN. ¿Es mucho pedir? ¿Verdad que no? Miren que los votantes les darán duro revés si los ignoran.
¡He dicho!