Salud

Las emociones no ayudan para nada con tus dietas

Un impulso emocional y no fisiológico, podría ser el culpable del sabotaje a nuestras intenciones de mantener una dieta balanceada.


  • 16
  • Marzo
    2021

Las punzadas de hambre que nos llevan a ingerir en exceso y sin control alimentos sabotea nuestros intentos de ayunar, mantener una alimentación equilibrada o seguir un régimen para adelgazar, pero, a veces, obedecen a un impulso emocional y no fisiológico.

La dietista y nutricionista Carla Zaplana, experta en ayuno intermitente, considera esencial preguntarse qué es el hambre y aprender a distinguir el hambre real, la necesidad fisiológica de nuestro cuerpo de recibir comida, del emocional, por el que recurrimos a la comida para evitar emociones incómodas.

“El hambre emocional (de origen psicológico) llega de repente, nos hace desear alimentos específicos, surge a cualquier hora, hace que deseemos comer aún más y saciarnos, nos lleva a comer para satisfacer un antojo y puede provocarnos sentimientos de culpabilidad o arrepentimiento”, según Zaplana.

Para apaciguar el hambre emocional, Zaplana recomienda “practicar la respiración consciente, que consiste en tomar aire por la nariz durante ocho segundos, retenerlo durante seis segundos, y soltar el aire también por la nariz durante 12 segundos, exhalando más aire del que se inhala para limpiar los pulmones”.

Acostumbramos ingerir alimentos a distintas horas a lo largo del día y, cuando restringimos las cantidades los tipos de comidas o la frecuencia con la que comemos, aparece una desagradable sensación en nuestra región estomacal, que refleja unas ansias de comer que se van volviendo irresistibles.

“El hambre es el primer miedo que nos viene a la cabeza cuando nos planteamos pasar muchas horas sin comer, ya que estamos acostumbrados a ingerir alimentos y a sobresaturar nuestro sistema digestivo”, según Zaplana, coach de salud holística certificada por el Institute for Integrative Nutrition de Nueva York.

¿Cómo lograr el equilibro?

Para calmar la sensación de hambre real, que a veces se confunde con la sensación de sed, la especialista considera importante mantenerse bien hidratado bebiendo agua e infusiones.

“Por otra parte, si uno mantiene una alimentación saludable, el cuerpo se irá acostumbrando y adaptando paulatinamente a los cambios de horarios y a las restricciones de alimentos, los cuales deben efectuarse siempre garantizando su seguridad”, asegura la nutricionista Carla Zaplana.


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