Cuando impera la ingobernabilidad, la autoridad y la administración pública se sumergen en una ilegalidad general. Es una situación donde los gobernantes no aplican las leyes y si lo hacen es selectivamente. Para ellos, no existen las instituciones ni el Estado de derecho, solamente se aseguran de perpetuarse directa o indirectamente en el poder, siendo el nepotismo una de sus prácticas más funestas, veámoslo a continuación.
De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española, nepotismo es la utilización de un cargo para designar a familiares o amigos en determinados empleos o concederles otros tipos de favores, al margen del principio de mérito y capacidad. Según Gianfranco Pasquino, en el Diccionario de Política, refiere que el nepotismo “es la concesión de empleos o contratos públicos sobre la base de relaciones de parentesco y no de mérito” y lo considera una forma de corrupción política.
Dicho, en otros términos, es la privación de los cargos públicos por parte de un funcionario o una élite gobernante que atesora como suyos los altos puestos de la administración pública, evitando a toda costa que los ciudadanos –aún los militantes de sus propios partidos– puedan contender o acceder a ellos libremente, en condiciones de equidad.
No les importa violar la ley y pisotear los principios básicos de sus partidos. Lo único que les interesa es perpetuarse en el poder directa o indirectamente para seguir sirviéndose del erario y utilizar la fuerza del gobierno para imponer sus intereses y amedrentar a sus opositores.
El dedazo es su fórmula mágica, los agraciados saben que no interesa su falta de conocimientos o experiencia, lo único importante es su lealtad y obediencia. Para desgracia nuestra, los municipios nuevoleoneses son un “laboratorio” creciente de caciques que de cara a las elecciones de 2024 siguen controlando los hilos del poder, demos un breve repaso:
1. Agualeguas: Ignacio Castellanos Amaya lleva seis años como alcalde, hoy su hermano Aldo contiende para alcalde.
2. Apodaca: César Garza Villarreal, quien ha cubierto dos trienios, ahora postula a su hijo.
3. Cerralvo: Baltazar Martínez Ríos gobernó seis años, ahora su papá es alcalde y se pretende reelegir, quieren gobernar el municipio por 12 años.
4. Dr. Arroyo: Juan Espinoza Eguia lleva más de 20 años controlando las riendas del ayuntamiento, el actual alcalde es su títere.
5. Galeana: Alejandra Ramírez Díaz lleva 15 años manejando el municipio, hoy está su padre y éste se lo quiere devolver a ella.
6. Gral. Treviño: Allí la que manda es Elena Hinojosa García y su hermana Maribel, actual alcaldesa, pretende reelegirse para abarcar 12 años.
7. General Escobedo: Abel Guerra lleva décadas gobernando el municipio a través de su esposa y empleados.
8. General Zaragoza: Arturo Guevara Soto, actual alcalde, lleva 12 años de ejercer el control y ahora va a poner a su esposa.
9. Guadalupe: Cristina Díaz Salazar, quien cumplirá seis años como alcaldesa, pretende que su hijo se quede en su lugar.
10. Juárez: Los hermanos Heriberto y Francisco Treviño Cantú llevan años en la alcaldía y ahora éste último se va a reelegir.
11. Melchor Ocampo: Convertido en el feudo de Omar Ramos García: fue alcalde de 2003 a 2006, siguió su hermana Rosa Elvia en 2009-2012, luego él en los trienios 2015-2018 y 2018-2021 y finalmente su hermano Orlando en 2021-2024, y ahora Omar Ramos volverá a postularse. ¡Qué bonita familia!
12. Mier y Noriega: Santana Martínez Peña tiene 12 años de llevar las riendas, es el actual alcalde y va a imponer a su sobrino.
13. Parás: Crescencio Oliveira Cantú, quien está por cumplir 40 años de controlar el municipio –desde 1985–, su hija Ana Iza Oliveira Treviño es la actual alcaldesa y va a reelegirse.
14. Rayones: Rolando Montoya del Bosque lleva 15 años poniendo a su esposa, títeres y ahora él va a competir.
15. San Nicolás de los Garza: Zeferino Salgado “Chefo” por 19 años ha manejado el gobierno municipal a través de su hermano, familiares y empleados.
Hay que decirlo claramente: el nepotismo violenta el derecho humano de acceso a funciones públicas de todas aquellas personas que se ven privadas de oportunidades para competir justamente por un cargo público. Esta es una de las causas por las que los municipios están estancados, sin programas sociales, sin obra pública y con una deuda pública agobiante.
Un gobierno humanista erradicaría y se mantendría alejado de estas prácticas lesivas, pero como este gobierno está bajo el signo del Instagram las convierte en historias para entretener a sus seguidores.
En conclusión, ya es tiempo de acabar con el lastre de la corrupción porque afecta severamente el beneficio y la participación de lo único importante: la gente.