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Opinión

En las estrellas

Crónicas de un comelón

Llegó la guía Michelin a México y claro, a Monterrey.
 
Esta columna es como el poema cruel de José Ángel Buesa, ese que el cubano dejaba morir en el papel, pero necio renacía. Pero después de un par de conversaciones y de leer algunas opiniones, pues heme aquí. Hablando del comentadísimo tema.

El martes pasado, junto con mis alumnos, seguí la transmisión en la que se anunciaron las recomendaciones y estrellas de la famosa guía restaurantera. En un giro diferente a lo que había hecho la guía en su expansión tras dejar el continente europeo, en nuestro país se organizó por estados, en lugar de ciudades.

Los estados que levantaron la mano para participar en la guía fueron Baja California, CDMX, Oaxaca, Quintana Roo y Nuevo León.


Empezamos con una gran nota, viendo felizmente cómo Koli recibía un premio por su coctelería y luego vinieron los corajes. Aclaro, no tengo nada en contra de los lugares que terminaron apareciendo en la guía.


Me da gusto por los tres establecimientos que recibieron la recomendación. No les puedo decir mi opinión de los establecimientos porque hay uno que no conozo. Pero me quedé con la sensación de que algo faltó.


¿Me están diciendo que sólo tres lugares en nuestro estado están a la altura de la recomendación? Me quedé sin palabras. Lo mismo cuando anunciaron la categoría del Bib Gourmand. Llegaron finalmente las estrellas, y aunque definitivamente no esperaba 3, sí pensé que hubo una gran omisión.


De nuevo, me llena de felicidad ver a Koli y Pangea reconocidos con una estrella, pero faltó una más. En fin. Cuando ví que Pangea tuvo una, supe que ahí se había acabado para Nuevo León.


Pero la cosa se puso buena con los anuncios de las estrellas en CDMX, la guía repitió la de Singapur y Tailandia, y otorgó una estrella a la taquería El Califa de León, que no he visitado.


La reflexión que me inspira este acontecimiento, no es sobre si la taquería es buena o no, lo que me he quedado pensando es en de qué manera equiparas la experiencia de un taco parado con comer en otro restaurante de estrella como Pangea, Koli, Sud 777, Rosetta, etc.


Creo que les he contado aquí que sí he tenido grandes experiencias con tacos muy sencillos en Zicacantán, Chiapas y en Itanoní en Oaxaca (que fue reconocido por la guía también). Pero por más memorables que hayan sido, no quisiera pensar en puntos de comparación con las otras experiencias.


Entiendo, Michelin tiene que adaptarse a la modernidad y a los mercados en los que se lanza, pero si lo que quieren es reconocer también la comida sencilla, quizás valdría la pena que fuera un reconocimento distinto.


Michelin se ha distinguido en su historia por su hermetismo en cuanto a sus criterios e inspectores, pero tras ver lo que vi la semana pasada, me gustaría saber más. Pero a todos los que están, muchísimas felicidades.

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