Indudablemente conectarse al presente es vivir en sintonía y plenitud y para lograrlo algunos ejercicios nos pueden ayudar.
Desde el 2014 que imparto cursos de mindfulness para reducir el estrés, miles de personas han recibido estas enseñanzas y en muchos de ellos, su vida dio un vuelco positivo para lograr mejorar su calidad de vida.
El mindfulness es una herramienta inestimable a la hora de querer autorregularse, darse cuenta de sensaciones, pensamientos y emociones en el momento mismo que surgen para evitar hundirnos en ellas o sobredimensionarlas.
En esta ocasión quiero compartirte tres ejercicios maravillosos que te permitirán lograr dicha conexión.
El primero de ellos es llevar atención al cuerpo, recuéstate boca arriba, con tus piernas extendidas y los brazos a los lados de tu cuerpo, cierra tus ojos y concéntrate en tu respiración, una vez que te has enfocado en el proceso respiratorio, lleva atención a cada zona de tu cuerpo desde las plantas de los pies hasta la coronilla, no tengas prisa, date un tiempo de unos veinte minutos para dicho ejercicio, cuando te distraigas, como inevitablemente pasará, regresa a la zona del cuerpo donde te habías quedado.
El segundo ejercicio consiste en sentarte y cerrar tus ojos, dar unas dos o tres respiraciones profundas y darte cuenta de tu sensación respiratoria y posteriormente seguir respirando de forma natural, tal y como lo haces siempre, sólo que, en esta ocasión, tu atención está en la respiración.
Deja ahí tu atención, como si solo existiese la respiración en tu vida, cada que te distraigas, solo date cuenta de que te has perdido y regresa a la respiración, haz este ejercicio durante diez minutos.
El tercer y último ejercicio que te quiero compartir en esta ocasión es que lleves tu atención a los sonidos, es un ejercicio muy poderoso para desarrollar la atención al presente y la escucha consciente.
En este ejercicio solo siéntate y cierra los ojos, trata de no moverte mientras realizas la práctica, y ya que estás sentado, con tus ojos cerrados e inmóvil, lleva toda tu atención a los sonidos que se presentan en tu entorno, sin juzgarlos o describirlos mentalmente, solo dándote cuenta de ellos mientras se presentan, evita enfocarte solo en los más evidentes, trata, por el contrario de detectar aquellos más sutiles, menos evidentes y trata de permanecer atento a los sonidos por unos veinte minutos.
Estos ejercicios son sumamente poderosos y puedes hacer uno cada día y repetir el ciclo las veces que quieras, notarás cómo paulatinamente, estarás más presente, estarás más tranquilo, más hábil para gestionar las situaciones retadoras que te toquen vivir.
Pero eso si… ¡persevera! La maravilla de la atención plena llegará a tu vida, sólo debes ser como el jardinero, riega la tierra (haz tus ejercicios), y permite que la vida haga el resto.
Hasta el siguiente momento presente.