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Opinión

Estrés cotidiano

El momento presente

Si no estamos atentos al presente nos perderemos fácilmente en los abrumadores laberintos de la mente.
 
Hace miles de años los seres humanos necesitaban sobrevivir día a día ante los grandes depredadores, los grupos de Homo sapiens vivían en modo supervivencia, salían a buscar alimento un grupo de hombres con lanzas y armas rudimentarias y en vez de cazar eran cazados.

Por lo que el proceso evolutivo fue dotando a la raza humana de aquel entonces con un sistema de alarma altamente desarrollado para activarse ante un peligro y salir airoso de él y una de las emociones que se generaba más frecuentemente era el miedo, ya que esta emoción activaba todo un mecanismo fisiológico para ponerse a salvo.

De hecho, resulta gracioso cómo en una de las escenas de la película Los Croods que se trata de una película de animación, de una familia de la época de las cavernas, al momento de irse a dormir, los niños se despiden de sus padres y el papá les dice, palabras más, palabras menos: “Que pasen buenas noches y no dejen de tener miedo”.

Porque la emoción del miedo era indispensable para ponerse a salvo. De tal manera que, con esa emoción como una de las protagonistas y el enojo o ira como otra poderosa energía movilizadora, se diseñó el estrés.
El estrés es, por lo tanto, la alarma que el cerebro enciende para atender peligros y correr o luchar y así sobrevivir, sin embargo, hoy en día en nuestro tiempo actual, fuera de zonas de guerra, de asentamientos altamente riesgosos o de peligros puntuales, el estrés se ha vuelto en nuestra contra.

Desgraciadamente hemos perdido de vista lo que realmente nos pone en peligro y hemos desarrollado todo un abanico de situaciones que, de no alcanzarlas, aunque no esté en peligro nuestra vida, esta alarma se detona.

Lo anterior ha generado que el estrés se active crónica e intensamente y que nuestro organismo, cuerpo y mente se vayan debilitando, y hoy se reconoce científicamente que esa alarma es la causante del mayor número de depresión, ansiedad, adicciones, insomnio, dolor muscular, gastritis, colitis, bajas defensas y un largo etcétera.

Pero, ¿por qué? Básicamente por perderse en el pasado, pero sobre todo en el futuro ante situaciones que tenemos, que como dijo un maestro, el 98% nunca pasan, pero desgraciadamente, las creamos en nuestra mente llevándonos a un estrés que nos termina envenenando.

Por lo que te invito a no dejarte llevar por pensamientos catastróficos y reducir con ello tu estrés y así usar esta herramienta para lo que está hecha: Para ayudarnos en peligros reales. Hasta el siguiente momento presente.

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