pluma_1x1_4ff1545c4c
Opinión

La difícil permanencia

Crónicas de un comelón

Es un gran reto mantenerse vigente durante años en esta industria.
 
Desde que empecé con este espacio, muchas veces me ha cruzado por la mente la reflexión sobre aquellos lugares que antaño eran considerados los imperdibles. El reto de mantenerlos vigentes debe ser titánico y no se lo envidiaría a nadie.

Justo hace unas semanas, vi en redes que uno de los emblemáticos restaurantes de mi ciudad natal Saltillo, desaparecía, o al menos terminaba de perder lo poco que le quedaba del restaurante original, su nombre.

La reflexión se me vino a la mente tras visitar la playa sinaloense de la reciente polémica musical: Mazatlán.

Aunque tengo pocos recuerdos, debí haber visitado Mazatlán de niño. Mis recuerdos más claros de este destino turístico son ya de mis años de adolescente, por ahí de los años cuando Baggio falló el penal.

En aquellos tiempos, el turismo extranjero formaba gran parte de los visitantes, había hoteles que recién habían sido inaugurados por el saliente presidente y que eran los destinos más cotizados en la ciudad.

Recuerdo que mi papá nos hablaba con emoción de los restaurantes del hotel nombrado en honor a Rodrigo Díaz de Vivar. Había, según nos contaba, un italiano y un steakhouse espectaculares.  Yo también recuerdo haber comido creativos platillos en su restaurante mexicano, y varias buenas comidas en el recién estrenado lugar de mariscos.

Mi última visita a ese hotel había sido a principios del siglo, en esta ocasión, una rifa nos llevó de regreso. El lugar estaba lleno, a pesar de no ser temporada alta, pero los extranjeros eran pocos. En lugar de los aires de exclusividad que se respiraban antes, ahora la operación parecía estar diseñada para el turismo masivo.

Hay que decir las cosas como son, el cambio en el enfoque no quiere decir que estén haciendo las cosas mal, desde la recepción, le dejan bien claro a uno que trabajan con estándares internacionales de limpieza y seguridad alimenticia, y el trato del personal no tiene ningún reproche.

Algunas políticas sí me parecen pésimas, como las del uso del Internet, pero eso lo he visto también en otras cadenas y destinos de nuestro país. También me deja perplejo el programa de “todo incluido” que en realidad no incluye muchas cosas.

Al menos la comida cumplió, probé un puerco con salsa teriyaki de una suavidad increíble, entre otros muy buenos bocados. Más bien la decepción me vino por la nostalgia de lo que alguna vez fue, de ver los espacios de algunos recuerdos transformados en salones o en un masivo y austero comedor.

Pienso en lo que pensaría mi papá si lo viera hoy tan transformado, pero al final del día, hay que pagar la renta.

más del autor

Lasagna, lasagne, lasaña

¿Cómo debe ser una lasaña según la tradición?
 
Hacen unos días...

El jefe Paul

Paul Bocuse, uno de los más grandes chefs del siglo XX.
 
Justo hace...

En los zapatos de Peter Pan

¿Realmente todos queremos crecer?... ese dilema de pasar al siguiente nivel...

Entropía

 
Los sistemas no son infalibles.
 
No sé si escuché por primera...

últimas opiniones

El segundo debate y el 1 de mayo: Día del Trabajo

En efecto, el segundo debate fue más agresivo que el primero. Sin embargo,...

No reelección legislativa

En el último tramo de la ruta hacia la elección 2024, inician los debates...

Las estafas del catfishing, Cuarta parte

“El experto en ciberseguridad Hieu explicó que para ello se aconseja poner...

¿Semana laboral de 40 horas en Nuevo León? Máynez propone; AMLO rechaza; Xóchitl condiciona; Claudia, pendiente

 
¿Qué te parecería tener una semana laboral de 40 horas? Esta reforma...

×