Esta semana se está llevando a cabo una actividad de esas que son dignas de aplaudirse, sin que medie quién o de qué nivel de gobierno, o si es parte de un ente gubernamental emanado de uno u otro partido. Es de esos temas donde se debe estar en la misma sintonía. Es una de esas acciones realmente muy buenas que a continuación trataré de describir.
Resulta que, del 22 al 26 del presente mes de septiembre –ya que pasaron las fiestas patrias–, autoridades de los tres niveles de gobierno, motivadas por la Subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación del Gobierno Federal, cuya titular, la maestra Rocío Bárcena Molina, vino a poner en marcha este intercambio de armas por vales de despensa.
Ella aprovechó para darle juego a Sor Clarita, Clara Luz Flores, la titular de la Unidad de Asuntos Religiosos, Prevención Social y Reconstrucción del Tejido Social, dependiente de la Secretaría de Gobernación. Además de conocer bien el tema de seguridad, ha sido una magnífica interlocutora con todas las asociaciones religiosas, donde se ha ganado el aprecio y respeto, pero, lo más importante, el apoyo para realizar estas acciones que, sin ninguna duda, abonan a la paz.
En esta ocasión, la campaña denominada “Sí al desarme, sí a la Paz” se lleva a cabo en el municipio de Cd. Guadalupe, donde su alcalde, Héctor García, apoyó dando todas las facilidades para la realización de la campaña en su plaza principal.
En la ceremonia de arranque del programa vimos a las autoridades de diferentes organizaciones religiosas, destacando Mons. Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey, quien dio su mensaje alusivo. Coincidieron también mandos de diferentes corporaciones de seguridad pública, Fuerza Civil, y desde luego de la Defensa, con Guardia Nacional.
A mí me ha tocado estar en diferentes eventos de destrucción de armas y realmente es emocionante y alentador saber que, aunque sea con unas cuantas, se evitan hechos violentos, y es muy probable que con esta actividad se logren salvar vidas. Ojalá siga el interés de la gente en quitarse ese tipo de artefactos que, al tenerlos en casa, siempre representan un peligro latente, pues cualquier discusión, estando bajo los efectos de algún estimulante, pueden envalentonar y llevar al uso de estas, con funestas consecuencias. La destrucción de armas es como ganar pequeñas batallas contra el mal.
En este espacio aprovecho para comentar que una actividad similar se llevó a cabo en la Ciudad de México, donde la misma presidenta de la República, Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, acudió al atrio de la Basílica de Guadalupe. Asistieron los dirigentes de varias asociaciones religiosas con una finalidad similar: captar armas para destruirlas y, a cambio, entregar vales de despensa.
Esperemos que se incremente el nivel de participación y que nuestro estado sea líder en desarme, todo en aras de la construcción de la paz. También será deseable que se acuda a más municipios del estado y que otros organismos de la iniciativa privada y de la sociedad civil participen con el patrocinio de objetos que incentiven la entrega de los artefactos.
Algo muy importante que se debe mencionar es que no se realiza ninguna investigación en contra de las personas que entregan las armas.
Esta semana nos estremeció con eventos trágicos de personajes muy queridos por nuestra sociedad regiomontana. Envío mis respetos y condolencia a las familias de Débora Estrella, Mariano Núñez y Mauricio Fernández. Que ellos descansen en paz.
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Fb. Luis Gerardo Treviño García
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