La inutilidad gubernamental es una característica de la ingobernabilidad, es cuando las acciones de una administración pública no reportan resultados, o si los tienen son poco claros y discutibles. Las promesas gubernamentales no se cumplen por la ineptitud de los funcionarios, sobre todo, porque son gobiernos enfrascados todo el tiempo con sus adversarios, descuidando la obra pública, como es el caso del transporte de pasajeros, principal manifestación de la crisis de movilidad actual, veámoslo a continuación.
Desde hace dos semanas, el gobierno estatal aceptó que con la adquisición de los 2,000 camiones nuevos no se resolvería el déficit de unidades que se viene padeciendo desde 2015. Con cifras que habría que cotejar con la realidad, se reconoció que apenas se cubriría el 25% del faltante de camiones.
Debido a la falta de transparencia, los usuarios desconocen cuáles rutas fueron favorecidas con los famosos “camiones chinos”, así como cuántas unidades y viajes se dispusieron para cada una de ellas. La pregunta sigue en el aire sin que nadie del Palacio de Cantera se tome la molestia de informar a los usuarios que padecen el calvario de tener un transporte caro e ineficiente.
Uno de los problemas más graves del transporte que se ha mantenido en la opacidad gubernamental es la reducción sistemática de las rutas de camiones. Desde 2012 hasta hoy, los usuarios han sentido en carne propia la desaparición de la ruta que utilizaban para transportarse diariamente. Colonias completas se quedaron sin el servicio de camiones urbanos y en el “mejor” de los casos se les redujeron las unidades. Me cuentan que existen rutas con solo dos unidades y en ocasiones una está descompuesta, así que la espera es eterna de dos a cinco horas porque desde su arranque el camión se llena de pasajeros.
Según algunos reportes y testimonios de varios vecinos, estas son algunas de las rutas que han desaparecido: 4 Circunvalación, 7 Flores Magón, 9 Santa Catarina, 10 Valle de Lincoln, 11 San Bernabé, 12 Planta, 14 Escobedo-La Pastora, 15 Casa Blanca, 16 La Unidad, 18 Independencia, 21 Solidaridad, 25 Paraíso, 27 Punta de la Loma, 35 Villa Mitras, 36 Del Norte, 37 Niño Artillero, 46 Ladrillera, 55 Topo Chico, 60 Casa Blanca, 69 Monterrey, 73 Tierra Propia, 82 Valle Soleado, 89 Villa Juárez, 92 Expo Guadalupe, 118 Santa Catarina, 127 Moderna, 129 Santo Domingo, 135 Topo Grande, 180 Villa Juárez, 204 San Bernabé, 210 Pueblo Nuevo, 215 Xochimilco, 231 García Cerámica, 312 La Alianza, 320 Fresnos, 324 Carmen Romano, 325 Fome 11, 328 Azteca, 335 Álvaro Obregón, 350 El Barro, 408 San Gerónimo, 412 Solidaridad, 413 Bernardo Reyes, 420 Monte Cristal, entre otras.
No tenemos datos completos de las rutas que han dejado de funcionar o que se han fusionado, pero son más de 100 las que presentan déficit de unidades o fueron canceladas. Con el pretexto del Metro y la Ecovía se desaparecieron de un plumazo decenas de rutas, como si aquellos medios fueran eficientes y cubrieran todas las colonias del área metropolitana. Estas acciones dejan en evidencia la falta de empatía e irresponsabilidad de quienes están al frente de la movilidad, como son personas que en su vida se han subido a un camión o vagón del Metro desconocen las penurias e incomodidades que sufre la mayoría de la gente.
Hay que decirlo claramente: el primer responsable de esta crisis de movilidad es el secretario de Movilidad y Planeación, que no ha sabido resolver el problema del transporte urbano. Esta deficiencia, además de disminuir la calidad de vida de los usuarios, también afecta la productividad, pues se pierden horas-hombre y esto daña la economía de miles de trabajadores que batallan para llegar a sus centros laborales.
Un gobierno humanista resolvería la movilidad del área metropolitana, desde el primer día hubiera atendido las necesidades de los usuarios del transporte público, pero como este gobierno está bajo el signo del Instagram prefiere anunciar la construcción de túneles y segundos pisos de cuota para ilusionar a su audiencia.
En conclusión, el gobierno debe enfocarse en resolver la grave crisis del transporte público porque afecta directamente a lo único importante: la gente.