La escritora mexicana, originaria de Campeche, Laura Baeza, ha sido reconocida con el Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri en 2017, al que más adelante se le sumaron otros premios de relatos.
Niebla ardiente (Alfaguara), su primera novela, ya ha pasado por varias reimpresiones convirtiéndose en una de las obras más relevantes escritas por narradoras jóvenes de esta década.
La historia es la una familia en Veracruz que progresivamente se convierte en monoparental debido a la ausencia del padre. La relación entre dos hermanas en un entorno a veces hostil, a veces extraño, aunque sea lo único que han conocido, se convierte en el hilo de esta trama que no cesa de pulsar hasta las últimas páginas.
Tras la mudanza-exilio al Distrito Federal, las hermanas descubren que el mundo se expande, la niebla es otra, el nuevo espacio propone nuevas formas de autonomía, empezando por reconocer la de su madre, quien en sus esfuerzos por darlo todo, consigue ascensos en su trabajo y se estabiliza lo más que puede por sus hijas.
El peso de ser la hermana mayor para Esther, es aquello que la transforma en su adolescencia, pero que ya de adulta, reconoce que padece desde su niñez.
Baeza nos presenta la problemática, muy presente en estos días, del rol de la mujer en las actividades de cuidado de personas con alguna dependencia o necesidad de protección.
La hermana menor presenta un caso de salud mental en el cual, su madre y hermana requieren de poner toda su atención.
Una situación femenina que se da casi por inercia, pero que Esther detesta y rechaza, y al mismo tiempo asume, acepta, así como sucede la maternidad, el instinto de cuido, con todo lo que conlleva.
Sucede un acontecimiento inesperado para toda la familia, uno en el cual se enmarca el duelo, los feminicidios, la impunidad, la culpa, el desamparo y el desgastamiento de esas emociones que nos permiten sobrevivir a los ajustes del destino.
Esther, como su padre, como varios personajes, busca su propia ruta de escape. En el extranjero logra aislarse, pero no distanciarse de su pasado, reflexiona, “el verdadero duelo es que las cosas que antes nos gustaban pierdan sentido”.
Esta es una novela que en su composición logra sostener a los lectores en una ávida búsqueda de respuestas. Baeza logra vincularnos con sus personajes y a sus espacios a través de algo muy sincero, pero a la vez complejo de trazar: el lenguaje del dolor.
Niebla ardiente es la novela que se complementa, sin duda alguna, a la literatura sobre las ausencias, la narrativa de la desaparición, así como la poesía de los encuentros.
