El pasado 14 de marzo, en el portal del municipio de Monterrey se anunció la puesta en marcha de un programa para la reposición de la nomenclatura del primer cuadro de la ciudad, acción de gran relevancia para facilitar la orientación y la movilidad de las personas; sin embargo, debido a que se implementa a pocos meses de que concluya la actual administración, es probable que no se resuelva la renovación de láminas en toda la ciudad, veámoslo a continuación.
Betsabé Rocha Nieto, encargada del Despacho de la Presidencia Municipal, junto con la secretaria de Desarrollo Urbano Sostenible, Brenda Sánchez, en la fecha antes referida, acudieron al cruce de Ruperto Martínez y Zuazua para iniciar en dicho lugar el cambio de láminas. “Es la primera fase de un programa que ya tenemos, además estamos acudiendo al llamado de los habitantes para darles seguridad e identidad a quienes viven aquí, y una rápida ubicación”, explicó Rocha Nieto.
Por su parte, Brenda Sánchez informó que se contempla cambiar en el lapso de un mes unas 300 nomenclaturas tan sólo en la zona Centro. Explicó que las láminas deben contener “primeramente el nombre de la calle y de la colonia, así como el código postal, y deben estar elaboradas con pintura fluorescente para mejor visibilidad nocturna”.
Aunque las funcionarias municipales señalaron que se trata de un programa permanente, donde se contempla la tipificación de las colonias, no quedó claro el plan de trabajo, al no señalarse cuántas o cuáles colonias están programadas y si en el lapso que queda de la administración podrán cubrir todo el territorio municipal. Cabe recordar que en la mayoría de las colonias la denominación de calles es obsoleta: no existen porque fueron desprendidas, están en mal estado o son borrosas.
Por lo tanto, es urgente que el municipio proceda con un correctivo total para reemplazar la nomenclatura urbana.
Una descripción adecuada de las calles permite a vecinos y turistas ubicarse fácilmente en la ciudad; hasta la fecha es un caos encontrar ciertas calles, sobre todo las que hacen cruce con las principales avenidas; por ejemplo, si vamos por Arteaga o Reforma no encontramos las láminas de muchas calles con las que entrecruzan.
Más absurdo: hay infinidad con el texto borrado, todo está en amarillo, ¡es el colmo! Ante esta falta de señalización, el GPS de poco sirve para el DiDi o el Uber, los pedidos de Amazon o Mercado Libre no llegan porque el repartidor no encontró el domicilio.
Una identificación clara de las calles ayuda a reducir el tiempo de respuesta en situaciones críticas, principalmente para ambulancias y bomberos. Por lo tanto, la nomenclatura es un tema urgente y delicado que debe implementarse no solamente en el primer cuadro de la ciudad, sino también en las colonias del municipio.
Cuando fui alcalde de Monterrey (2006-2009) no sólo renovamos las láminas de buena parte de la ciudad, sino que, además, en el primer cuadro de la ciudad instalamos postes infoturísticos, los cuales al oprimírseles un botón se reproducía una grabación que proporcionaba información histórica sobre la calle, el sitio o el monumento ubicado en determinado lugar.
En el Barrio Antiguo instalamos placas de talavera donde se refería el nombre antiguo de la calle, así como algunas leyendas. En la página electrónica Encicloregia dedicamos un capítulo que sintetizaba la historia de cada una de las calles, las plazas y los monumentos de Monterrey. Lamentablemente, las administraciones posteriores cancelaron estos programas, provocando, entre otras cosas, que las láminas se fueran deteriorando.
Hay que decirlo claramente: la reposición de la nomenclatura de toda la ciudad es una asignatura pendiente que dejaron de lado las administraciones que gobernaron la ciudad los últimos 15 años. Como parte de la conmemoración de los 200 años de la integración de Nuevo León al pacto federal, siendo Monterrey la ciudad capital, es pertinente mejorar su imagen urbana con una nomenclatura clara y precisa acorde a la extensión de la metrópoli y su población.
Un gobierno humanista interesado en fortalecer los valores, la identidad y el turismo destinaría recursos suficientes para la renovación integral de la nomenclatura de Monterrey, pero como este gobierno está bajo el signo del Instagram cree que con una aplicación se resuelve la confusión que provoca el pésimo estado de las láminas.
En conclusión, urge que las autoridades estatal y municipal hagan su parte para que la capital del estado disponga de una nomenclatura urbana que facilite la ubicación y movilidad de lo único importante: la gente.