En la historia más reciente de Nuevo León no se tiene registro de una etapa como la actual en donde las autoridades estatales y municipales hayan propinado duros golpes a las áreas verdes; lo que está sucediendo con la afectación del Parque Libertad es tan sólo una muestra del imparable ecocidio perpetrado desde el Palacio de Cantera a pesar de las protestas de vecinos y ambientalistas que están a favor de mantener integro ese pulmón urbano, veámoslo a continuación.
Existiendo tantos predios disponibles para edificar el Hospital Infantil, el Ejecutivo estatal está encaprichado en construir el nosocomio en una superficie que abarca los terrenos que ocupó el Penal del Estado y una parte considerable del Parque Libertad, colindante con dicho inmueble.
Este parque se inauguró el 20 de septiembre de 2021, en una superficie de ocho hectáreas, beneficiando a 94 colonias aledañas a dos kilómetros a la redonda; es el único espacio verde y de convivencia que disponen los vecinos. Debe destacarse que el mantenimiento y vigilancia de este sitio ha quedado en el olvido por parte de las autoridades estatales y municipales; son los propios vecinos quienes se organizan para de acuerdo a sus posibilidades mantener en buen estado algunas áreas, otras están en total abandono.
A pesar de estos inconvenientes, el parque es lugar común para el encuentro de familias, practicar deporte, hacer ejercicio, pasear mascotas y lo más importante: sus árboles son el único pulmón con que cuentan los habitantes de esta amplia zona urbana.
El 11 de octubre de 2023, el gobernador develó la placa donde simbólicamente iniciaba la construcción del Hospital Infantil. Al conocerse los planos de la obra en donde se afectaban varias hectáreas del Parque Libertad, los vecinos de las colonias aledañas cuestionaron a las autoridades estatales, exigiendo explicaciones y manifestando su rechazo a que la obra afectara el terreno del parque.
Desde entonces se inició un conflicto que llevó a los vecinos a cerrar avenidas, protestar con pancartas y a arriesgar su vida al interponerse entre las máquinas que estaban demoliendo la vieja construcción.
Aunque públicamente el gobierno manifestó que dialogaría con los vecinos para llegar a una solución satisfactoria para ambas partes, en realidad nunca se socializó el impacto de la obra y los vecinos tuvieron que recurrir al amparo para la suspensión provisional de cualquier tala, desmonte o destrucción de las instalaciones del parque. Recientemente, el gobierno del estado, a través de la secretaria de Salud, Dra. Alma Rosa Marroquín Escamilla, presentó una modificación a los planos originales, reduciendo la superficie afectada al parque; sin embargo, los vecinos no estuvieron de acuerdo, ellos plantean que no se debe destruir ninguna parte del área natural.
En estas condiciones continúa la obra que se pretende concluir en dos años más, por su parte, los vecinos y ciudadanos que estamos a favor de que el Parque Libertad no se toque seguiremos luchando para evitar este ecocidio que dañara severamente a los habitantes del norponiente de Monterrey.
Hay que decirlo claramente: el gobierno estatal dispone de más espacios para edificar esta importante obra de salud pública infantil. Lugares en lo que hace falta detonar los polígonos de pobreza con espacios verdes, deportivos y de convivencia. ¿Qué sentido tiene afectar los derechos humanos ambientales de los vecinos de las 94 colonias aledañas al parque?
Un gobierno humanista pondría en el fiel de la balanza la salud y el medio ambiente, dándoles el mismo peso de importancia, evitando su confrontación, pero como este gobierno está bajo el signo del Instagram solamente sueña con su Hub Salud para presumirlo en el Mundial de FIFA 2026.
En conclusión, el gobierno del estado debe construir el hospital infantil en un espacio donde no afecte la salud y la convivencia de lo único importante: la gente.