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Opinión

En los zapatos de Peter Pan

Crónicas de un comelón

¿Realmente todos queremos crecer?... ese dilema de pasar al siguiente nivel o quedarse en la apuesta segura.
 
En tiempos de la pandemia, recuerdo que nació un restaurante de mariscos. El local en el que se ubicó no era muy grande, incluso lo podríamos tildar de sencillo, pero la comida que ahí se preparaba, era buenísima.

Incluso en más de una ocasión me sorprendieron con sus preparaciones. El éxito, afortunadamente, les permitió sobrevivir no sólo los últimos días de la pandemia, sino también la muy polémica remodelación de las diversas áreas urbanas de San Pedro.

Con el tiempo, creció su menú, ampliando su oferta para incluir más productos frescos que sinceramente, todavía no pruebo, porque le sigo siendo fiel a los primeros platillos que ofrecían.

Les tengo que comentar, que con el paso de los meses, también crecieron los precios, pero, a cómo suben los precios de todo, esto no nos debería sorprender. Recientemente me encontré con que el lugar ya cambió de local, y ahora se reubicó en un lugar más grande, y de aspecto mucho más refinado.

Mi reacción inicial fue de alegría, siempre es bueno ver que a los negocios de esta industria les vaya bien, pero luego me empiezo a preguntar qué implicaciones tiene el crecimiento de un negocio.

En este caso en particular, podríamos asumir que el local más amplio y elegante viene con un aumento en el costo de la renta, y a como están las rentas en nuestra área metropolitana, me preocupa.

Claro que por otro lado, el nuevo espacio permitirá que más comensales disfruten cómodamente del local, y quizás degusten alguna bebida. Ese aumento podría compensar el diferencial de rentas. ¿Yo me pregunto, en realidad el crecimiento es siempre necesario?

No estoy diciendo que no quiero que le vaya bien a la gente, simplemente la pregunta es si ese cambio no le quita la esencia con la que el negocio enamoró a varios de nosotros. No puedo evitar tampoco recordar algunos casos de negocios que crecieron de una manera excepcional.

¿Recuerdan ustedes aquellos negocios que nos vendían mezclas de botanas y golosinas que eran una locura? De haber empezado en el sur de la ciudad, de pronto parecían tiendas de conveniencia y estaban por todos lados.

Lamentablemente así como crecieron, rápidamente desaparecieron. Ya prácticamente ese concepto sólo lo veo en fiestas. Igual se me viene a la mente otro caso, que parecía ser una exitosísima panadería, y posteriormente, con mucha tristeza, la vi rematando equipos de cocina en redes sociales.

A lo mejor, como Peter Pan, negarse a crecer y mantenerse en una operación pequeña pero bien consolidada, era una decisión más segura.

A mi querido negocio del principio, le deseo todo el éxito del mundo, espero poder darme una vuelta pronto y seguir disfrutando de las delicias que ahí se preparan. ¡Que su nuevo local les atraiga muchos clientes nuevos!, y aunque este comensal pueda tener miedo de lo que venga, el que no arriesga no gana.

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