El municipio de Monterrey no está cumpliendo con su obligación de proporcionar el servicio de alumbrado público a la ciudadanía, tanto en el Centro como en las colonias las fallas son permanentes y desatendidas, dejando a oscuras a buena parte de la población; veámoslo a continuación.
Los vecinos viven angustiados porque no pueden andar de noche en las calles por temor a ser asaltados. Las calles del centro son un peligro latente porque además de atraer a la delincuencia, la penumbra no permite ver los baches, las coladeras y los pozos sin tapar que existen en las banquetas.
Los usuarios del transporte tienen que esperar los camiones a oscuras, quedando expuestos a sufrir un accidente o ser presa de los delincuentes.
Las avenidas que cuentan con mayor número de reportes por permanecer con luminarias apagadas son: Tapia, entre Escobedo y Zaragoza; Escobedo, entre Tapia y Juan Ignacio Ramón; 5 de Mayo, entre Zaragoza y Escobedo; Dr. Coss, entre Juan Ignacio Ramón y Padre Mier; Tapia, entre Diego de Montemayor y Julián Villarreal; Madero, entre J. G. Leal y Félix U. Gómez; Colón, entre Diego de Montemayor y Félix U. Gómez, entre otras.
De acuerdo con datos del Centro de Integración Ciudadana, del 1 de enero al 28 de febrero del presente año se registraron un total de 88 reportes de robos en general, principalmente en calles como 5 de Mayo, 15 de Mayo y Dr. Coss.
Durante mi recorrido por las colonias, todos los vecinos se quejan de haber sido asaltados, principalmente se roban las baterías de carro, espejos, dándose el caso de llevarse las cuatro llantas de un coche. Alguien me contó que al sorprender a un delincuente que robaba autopartes lo denunciaron y fue capturado, pero al otro día ya andaba otra vez haciendo de las suyas. ¡Es el colmo! Y todo se debe a que las luminarias están apagadas.
El año pasado, tan sólo en la colonia Primavera se registraron 690 reportes de fallas de alumbrado. ¿Cuál será la cifra total de daños? No la tenemos porque no se brinda, pero los resultados están a la vista: vivimos a oscuras.
El tema de las luminarias lamentablemente ha estado inmerso en presuntos actos de corrupción.
Más que un problema técnico o de falta de recursos económicos, las irregularidades del servicio se deben a que en 2017, durante la alcaldía de Adrián de la Garza, este servicio que antes realizaba el personal del municipio, se concesionó a la empresa privada Industrias Sola Basic por un cuantioso contrato de más de $1,500 millones de pesos para la modernización y mantenimiento de 93,000 lámparas; adeudo que se cubrirá con pagos de $12.8 millones de pesos mensuales hasta el 2027.
A cambio, la empresa se comprometió a reemplazar luminarias tipo AMC (aditivos metálicos cerámicos) por luminarias tipo LED, y renovar los viejos sistemas existentes, así como colocar luminarias en nuevos espacios. Sin embargo, estos trabajos no se perciben y, al cuestionar a las autoridades municipales por qué no se está cumpliendo con lo estipulado, se encontró que la información no es pública.
El contrato fue criticado en su momento por su larga duración, por licitarse en “fast track” y en condiciones favorables para la empresa referida, además, tampoco se especificó el número total de luminarias que se cambiaron para utilizar la tecnología LED, así como los detalles del proceso de adjudicación del contrato, así como el destino que se otorgó a las luminarias desinstaladas, cuyo costo se calculó en más de $260 millones de pesos.
Como es de suponer, a la empresa le conviene que las luminarias estén apagadas para pagar menos consumo de luz, no invierte en personal para atender los reportes, ninguna autoridad la reconviene por el mal servicio, al contrario, el alcalde Luis Donaldo Colosio Riojas mantuvo la concesión. Al no existir queja del cliente, en este caso el munícipe, los trabajos que realice la empresa privada seguirán teniendo estándares bajos de calidad.
A finales del año pasado, el municipio informó que de las 106,000 lámparas que había en la ciudad, faltaban por modernizar 67,000, las cuales se cambiarían en los días subsiguientes para que en 2024 estuviera funcionando correctamente el 95% de todas las luminarias del municipio.
¿Y qué ha pasado? ¡Nada! El servicio de alumbrado público sigue sumido en la opacidad y la corrupción. Esta situación debe acabarse. ¡Ya!
Hay que decirlo claramente, el programa de modernización de lámparas ha sido un fiasco total y una oportunidad millonaria para que se beneficien unos cuantos a costa del erario municipal. Es un proyecto que no da resultados, afecta las finanzas públicas y ha dejado a oscuras a buena parte del municipio, propiciando las condiciones de inseguridad que estamos viviendo. Los carteristas y los coyotes de autopartes están en bonanza ¿mejor escenario? ¡Imposible!
Un gobierno humanista desde las primeras fallas hubiera cancelado el contrato con la empresa referida y hubiera transparentado las condiciones del mismo, pero como este gobierno está bajo el signo del Instagram, las únicas luces que le preocupan son las que adornan los eventos masivos con que mantiene entretenida a su audiencia.
En conclusión, el gobierno de Monterrey debe resolver la iluminación del municipio, dejando a un lado los intereses privados y privilegiando únicamente la seguridad y tranquilidad de lo único importante: la gente.