¿Comer a media noche daña tu salud?

Con las largas jornadas de trabajo que tenemos, en ocasiones es imposible comer a horas adecuadas y por lo general ingerimos alimentos cuando ‘‘tenemos tiempo’’; este hábito negativo lo único que ocasiona es un mayor riesgo de enfermedades cardiacas y otras patologías.

El cirujano Hiromi Shinya, autor del libro La enzima prodigiosa, recomienda cenar de tres a cinco horas antes de acostarte. Si acostumbras dormir a las 24:00, entonces “deberías” tomar tus últimos alimentos alrededor de las 19:00 para no alterar el trabajo metabólico y digestivo.

Por otro lado, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, observaron los niveles de grasa en la sangre de las ratas y vieron que tras alimentar a los animales con grasa al comienzo de su periodo de descanso, sus niveles de grasa en la sangre se dispararon más drásticamente que cuando se alimentaron durante el inicio de su fase activa. Cuando eliminaron la parte del cerebro de la rata que controla el ciclo de 24 horas, ya no hubo un cambio en los niveles de grasa.

Acidez estomacal

Al ingerir alimentos altamente grasosos, condimentados, picantes o ácidos y después tratar de conciliar el sueño, puede provocar que los ácidos del estómago suban al esófago y, con ello, se desencadene una sensación de ardor en la garganta o en el pecho

Afecta el ciclo metabólico

Aumento de peso, enfermedades como diabetes tipo 2, problemas gastrointestinales y hasta depresión se pueden presentar en las personas que cenan muy tarde, ya que ‘‘mientras se duerme es más complicado para el organismo metabolizar los alimentos’’

Mala calidad de sueño

El tipo de alimentos que cenas y la hora en que los tomas influye directamente en la calidad de sueño. Una dieta balanceada a lo largo del día y una cena ligera dos horas antes de dormir, contribuirán a que la persona esté bien nutrida y que consiga un mejor descanso

Enfermedades del corazón

Principalmente los hombres que cenan tarde aumentan hasta 55% las posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiaca. Especialistas recomiendan cuidar los hábitos alimentarios para reducir el riesgo de padecimientos coronarios, por ejemplo, reducir el consumo de alimentos altos en sodio 

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