En su informe presentado el 16 de septiembre de 1921 ante el H. Congreso del Estado, el gobernador Juan M. García destacó su proyecto para fomentar la educación básica para los trabajadores de la entidad. Aunque no concluyó su mandato, en los primeros siete meses de su gestión sentó bases importantes en este rubro; veámoslo a continuación.
Ese mismo año, durante la presidencia del Gral. Álvaro Obregón, a través de la recién creada Secretaría de Educación Pública, su titular, José Vasconcelos, impulsó las escuelas de artes y oficios, donde se enseñaban estas disciplinas a los jóvenes y adultos para mejorar su preparación y calidad de vida. Siendo Monterrey una ciudad con una población arraigada a la industria, que el gobierno como la iniciativa privada generaron las condiciones para que los trabajadores pudieran concluir la enseñanza básica o adquirir una especialidad técnica que les permitiera desempeñarse eficazmente.
El gobernador refirió en su discurso el establecimiento de 36 escuelas nocturnas para la clase trabajadora, más 16 escuelas nocturnas para mujeres. En todos estos planteles hubo una matrícula de 3,654 educandos y una asistencia media de 2,551.
En los municipios de Monterrey, Linares, Montemorelos y Gral. Terán se establecieron Escuelas de Artes y Labores Femeniles, con una matrícula total de 320 educandas, de las cuales 219 pertenecían a la Escuela Pablo Livas de Monterrey.
Señaló que, con el propósito de establecer en Monterrey una Escuela de Artes y Oficios, hizo las gestiones necesarias en la Ciudad de México para reunir el dinero, gestiones que fueron realizadas con éxito. Formó una comisión integrada por el Ing. Francisco Beltrán, el Prof. José G. García y don Eusebio de la Cueva, quienes visitaron las ciudades de Querétaro, Guadalajara y Ciudad de México para estudiar la organización de estas escuelas. Destacó que la Escuela de Artes y Oficios formaba parte de su plataforma de gobierno, la cual tenía por objeto responder a la necesidad urgente de hacer obreros expertos en un corto plazo para las labores de un Estado esencialmente industrial.
Se puso la primera piedra de este edificio el 15 de julio de 1921; para la fecha del informe, ya estaba funcionando el consejo directivo del establecimiento para llevar a la práctica este proyecto.
Para proveerse de recursos, dada la escasez del erario estatal, describió las gestiones que tuvo que realizar con el gobierno federal para obtener el presupuesto inicial de esta importante obra:
“Como las circunstancias del momento no permitieran al tesoro público hacer los fuertes desembolsos que esta Institución demanda, no dudé en ocurrir personalmente, como lo hice en solicitud del auxilio federal para dar cima a tan importante iniciativa. Fue entonces cuando el señor Presidente de la República (Gral. Álvaro Obregón) acordó un préstamo al Estado con valor de $300,000.00, siempre que esta suma se destinara a la Instrucción Pública en cualquiera de sus manifestaciones”.
El Congreso local lo autorizó para contratar un empréstito hasta por $1,200,000 para la referida Escuela de Artes y Oficios, gestión que en ese momento estaba en proceso. Reconoció haber recibido de la federación, en diversas partidas, la suma de $175,000 pesos, “de los cuales obran en caja, para los primeros gastos que demanda la escuela $75,000 pesos. Los cien mil restantes están destinados, por decreto del H. Congreso número 46, de fecha de 30 de junio último, a cubrir las exigencias del presupuesto en el ramo de instrucción pública”. Todo indicaba que la etapa inicial de la añorada escuela técnica estaba en marcha.
Al final de su informe, se comprometió a no desfallecer hasta ver coronado su proyecto educativo:
“El Ejecutivo no desmayará en sus esfuerzos hasta realizar la obra que ha sido su constante anhelo desde que empuñó las riendas del Estado. Renuevo en esta ocasión solemne mis promesas más sinceras de que no concluirá el plazo de mi gestión gubernativa sin que veáis levantada y en plena actividad la Escuela de Artes y Oficios de Nuevo León…”
La presión política en que se vio envuelta su administración evitó que Juan M. García concluyera su segundo año al frente del gobierno estatal, pero su proyecto educativo, con algunas adecuaciones, se materializó años después, veremos.
