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Opinión

Meditación guiada

La buena vida: Hablemos de todo

Una visualización para emprender el día con energía.
 
Cierra tus ojos y contacta con el ritmo de tu corazón. Respira profundamente y envía oxígeno a todas las células de tu cuerpo, relájate y presta atención a tus pies sobre el piso y a la fuerza de este planeta que te contiene y te sostiene.

El corazón es el órgano más poderoso que guía nuestras vidas, tiene la capacidad de intuitiva de anticipar el futuro. Tu corazón sabe tu historia, tus miedos y tus sueños. Vuelve a respirar profundamente. Deja caer tu cuerpo sobre la silla. Observa cómo todo tu peso se aligera y prestas atención a este momento presente a través de tu respiración.

Ahora imagina que estás frente a un lienzo y atrás de él hay un gran paisaje. Es un caballete alto de dimensiones importantes donde podrías dibujar un mural o un autorretrato dependiendo del espacio que quieras ocupar, y de la amplitud de tu imaginación en este momento.

Lo que decidas frente a ti se plasmará y tu corazón llevará el pincel poco a poco para dibujar la hoja en blanco que tienes frente a ti. Hay un universo de color que tú impregnarás ahí a través de tu creatividad. Así es la vida: Un lienzo en blanco que se colorea cada día.

Miras profundamente tu lienzo y sientes cómo desapareces hasta el día de mañana, porque sólo en el mañana encontrarás quién eres de verdad.

Te pierdes en la blancura de aquella textura, y paseas tus dedos por el pasado. Ves con claridad cómo has moldeado tu presente, y cómo el futuro se pinta suavemente desde este momento presente que pintas tu vida. Una vida que ves pasar delante de ti.

Mientras el pincel se desliza por los contornos del lienzo, te das cuenta de cuando eras joven y en esa juventud, la inconsciencia de no haberte visto muchas de las veces. Y es que cuando eres joven no te ves a ti mismo. Luego, los colores empiezan a pintar tu madurez.

Desde ese ángulo, te comprometes con la vida mientras ella se prepara para dejarte. Sigues coloreando y descubres que esta paz vale la pena en cada esfuerzo, y cuando encuentras paz, te das cuenta de que el mundo entero te pertenece pero que ya no lo necesitas del todo. Lo que estabas buscando poseer ya no te importa.

Te detienes nuevamente, das unos pasos y encuentras una perspectiva distinta de tu lienzo. Respiras profundamente. Inhalas por la nariz y mandas todo el oxígeno del planeta a tu corazón. Te quedas quieto y vuelves a mirar el lienzo.

Descubres algunas visiones de tu infancia. Comienza a salir el sol, y dibujas una isla con una pirámide transparente que tiene vegetación, criaturas que están conectadas desde unas raíces gigantes creciendo,  y nutriéndose entre ellas. Te enseñan una sabiduría ancestral.

Luego te diriges a pintar un arco de entrada por el que cae una cascada. Respira nuevamente, báñate de luz en cada célula de tu cuerpo. Estás listo para comenzar el día, desde un lugar secreto donde habitan las mariposas.

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