Debaten sin novedad en último encuentro

El tercer y último debate presidencial, que se celebró ayer en el Gran Museo del Mundo Maya, en Mérida, no fue muy distinto a los dos anteriores: abundaron los señalamientos entre candidatos y hubo ‘‘lluvia’’ de promesas, pero estuvieron ausentes los ‘‘cómo’’ para cumplirlas.

El panista Ricardo Anaya fue el más combativo y en su primer ataque cuestionó a Andrés Manuel López Obrador, de Morena, por otorgamiento de contratos cuestionados a su paso por el gobierno de la Ciudad de México.

“Contesta sin chiste y sin payasadas, ¿sí o no le entregaste en tu gobierno contratos por $170 millones de pesos al empresario José María Rioboó?’’, aseguró Anaya y retó a AMLO a renunciar a la candidatura si esto era cierto.

Por su parte, el priísta José Antonio Meade también enfocó baterías contra Andrés Manuel López Obrador, a quien señaló como ‘‘un riesgo para el país’’.

Sin embargo, no se libró de ser criticado por casos de corrupción como Odebrecht y La Casa Blanca, por los que Ricardo Anaya aseguró que ‘‘de llegar a la Presidencia, los llevaría ante la justicia’’.

En suma, se trató de un debate atropellado en el que incluso los moderadores cortaron constantemente las intervenciones de los aspirantes.

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