Familiares de reos acampan en penal de Cadereyta

Regidos bajo un protocolo carcelario las personas, en su mayoría mujeres, aún viven el calvario de no poder ver a sus presos.

Soportan el calor, él hambre la sed y la verdad oculta detrás de los muros de este reclusorio que ya ha registrado tres motines con saldo de 16 muertos y decenas de heridos.

Algunos piden que reactiven las comunicaciones para poder hablar con los reos ya que el incendio dañó severamente dos ambulatorios.

Insisten en que aún hay más heridos que no han sido atendidos y temen que autoridades realicen operativos de traslado a otros penales del país.

Así al caer la noche, otra muy larga la gente acampa a las puertas del penal esperando escuchar el nombre del recluso vivo.

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