Convierte la incomodidad en impulso para cambiar

Todos, en algún momento, hemos sentido ese pequeño nudo en el estómago cuando actuamos en contra de lo que decimos que creemos. Decimos que queremos llevar una vida saludable, pero comemos mal. 

Juramos ahorrar, pero compramos por impulso. Prometemos empezar un proyecto, pero lo dejamos para después. Esa incomodidad, ese choque interno, tiene nombre: Disonancia cognitiva.

La disonancia cognitiva es el conflicto que surge cuando nuestras acciones no están alineadas con nuestras creencias, valores o metas. Es una tensión mental que nos incomoda… pero que también puede impulsarnos a cambiar.

¿Por qué nos cuesta tanto ser coherentes?

La mente humana tiende a buscar consistencia. Cuando actuamos en contra de lo que pensamos o sentimos, algo dentro de nosotros protesta. Esa contradicción no nos deja en paz. Y ahí está la clave: Podemos usar ese malestar a nuestro favor. Podemos transformar esa incomodidad en acción. 

La incomodidad no es el enemigo, es el mensaje. Muchos intentan evitar el conflicto interno. Prefieren no pensar, no sentir, no confrontar. Pero si escuchamos la disonancia, si la aceptamos como una señal valiosa, podemos usarla como combustible.

Porque crecer, al final, es dejar de vivir en contradicción con quien decimos que somos. (Con información de Agencias)

Cómo alcanzar tus metas

Declara tus intenciones en voz alta: “Voy a correr una maratón”, “voy a escribir un libro”, “voy a dejar el azúcar”. Si no cumples, sentirás esa tensión. Esa disonancia puede ser el empujón que necesitas para actuar de forma alineada.

Redacta una identidad coherente con tus objetivos: No digas “estoy intentando comer mejor”, di “cuido mi cuerpo”. Cuando nos identificamos con una versión mejorada de nosotros, actuar en contra de esa identidad se vuelve incómodo y evitamos fallarnos.

Rodéate de entornos que te obliguen a ser quien dices ser: Busca personas que valoren la constancia.

Si quieres emprender, muévete entre creativos y hacedores. Actuar como la persona que quieres ser, hará más difícil vivir en contradicción.

Escribe tus valores y míralos a diario: Haz una lista de lo que valoras, salud, honestidad, libertad, disciplina, creatividad. Léela todos los días. Así, cuando te alejes de esos principios, sentirás ese roce interno… y podrás corregir el rumbo.

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