Jugar Tetris ayuda a combatir el estrés postraumático

A lo largo de los años, los expertos han explorado diversas formas de aliviar los síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT), desde enfoques terapéuticos cognitivo-conductuales, hasta el uso de sustancias psicodélicas, para tratar los casos más severos. Sin embargo, estudios recientes han revelado una solución sorprendentemente simple y accesible: jugar al Tetris.

Uno de los primeros estudios sobre el uso de Tetris en la mitigación del Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), fue realizado en 2017, cuando un equipo de científicos descubrió que las personas que jugaban al videojuego después de haber sufrido un accidente de tráfico, reducían los recuerdos intrusivos en un 62%. 

Esta investigación, replicada en distintas condiciones, llevó a otros científicos a profundizar en el tema, y probar la eficacia del juego, en diferentes tipos de traumas.

El Instituto Karolinska de Suecia, llevó a cabo un estudio para probar los efectos del Tetris, en profesionales sanitarios afectados por el estrés traumático tras la pandemia de Covid-19. Los investigadores observaron que una simple partida de Tetris, de apenas 20 minutos, producía mejoras considerables en los síntomas del TEPT, durante un periodo de seis meses. 

Esta investigación ha abierto nuevas posibilidades en el tratamiento de un trastorno que es particularmente difícil de abordar con métodos convencionales.

El fundamento de esta intervención se basa en la teoría de la consolidación de la memoria, que postula que existe una ventana de tiempo tras el evento traumático en la que la memoria del trauma es maleable, y susceptible de ser alterada. 

Durante esta ventana, las tareas cognitivas que implican un alto nivel de procesamiento visuoespacial, como el Tetris, pueden interferir en la consolidación de los recuerdos visuales del trauma, reduciendo así la aparición de flashbacks. (Con información de Agencias)

El orden para el caos

La razón detrás de la efectividad del Tetris sigue siendo objeto de estudio, pero la hipótesis principal es que su “rotación mental” – el proceso cognitivo que se utiliza para decidir cómo y dónde colocar las piezas en el juego – interfiere con los recuerdos visuales intrusivos que son tan característicos del TEPT. 

Al mantener al cerebro ocupado con tareas visuoespaciales, como la colocación de las piezas del juego, se reduce la capacidad de este para reproducir las imágenes perturbadoras del evento traumático.

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